24 septiembre 2004

Entre la ambigüedad y la trampa



Partiendo de la hipótesis de que los resultados de la consulta refrendaria del pasado 15 de agosto, en torno a la revocatoria del mandato del Presidente de la República, fueron alterados el equipo multidisciplinario de la Coordinadora Democrática que encabeza el abogado Tulio Alvarez continúa trabajando para completar el informe que sustenta las pruebas de las trampas montadas paso a paso por el oficialismo, comenzando con la conformación del Registro Electoral Permanente y el Registro Civil, por medio del cual se inscribieron un millón 800 mil personas fuera del tiempo reglamentario y culminando con el fraude electrónico a través de la empresa Smartmatic.

A decir verdad, muchas cosas nos desmoralizaron a partir de la mañana del día 16 de agosto, cuando vimos al Presidente Hugo Chávez declarar que el NO le había ganado al SI en una proporción de 60 a 40 y al constatar, posteriormente, que los resultados fueron inversamente contrarios. Las largas colas y la paciencia de los venezolanos para revocar a Chávez no fueron en vano, las luchas de la oposición habían dado los resultados esperados, pero no contábamos con el fraude “cualitativo, continuado, selectivo y masivo”- a decir del informe de Tulio Álvarez- tanto en el proceso manual como en el automatizado.

No contábamos tampoco con la actitud asumida por los observadores internacionales, el Centro Carter y César Gaviria, en representación este último de la OEA, avalando a la ligera la permanencia de Hugo Chávez en el poder. De golpe y porrazo comprendimos que los intereses económicos de Venezuela, el petróleo y las reservas mineras del país, tienen un peso mucho mayor en los asuntos mundiales que el que pueden tener unos cuantos millones de ciudadanos incautos que todavía creen en las bondades del sistema democrático, descartando las perversiones que ése puede sufrir por parte de muchos de sus más notorios promotores.

Pero más todavía nos sorprende el hecho de que algunos conspicuos representantes de la Coordinadora Democrática avalen el informe Gaviria y lo consideren positivo cuando declara que “la actitud de la oposición, de no abrir siquiera un pequeño espacio para reconocer el triunfo del Presidente Chávez, la ha colocado en una situación compleja frente a la comunidad internacional que no alcanza a comprender cómo el referendo no contribuyó más a resolver la conflictividad política y, hasta donde hemos podido observar, no entiende sus razones para desconocer el resultado. No toda imperfección, irregularidad o actuación discutible desde el punto de vista legal, califica para ser juzgada como fraudulenta”. A mi entender y al de millones de venezolanos que, perplejos, fuimos testigos de todo lo que sucedió después de la jornada, tendremos que seguir luchando contra la ambigüedad de quienes supuestamente eran los encargados de defender la transparencia del proceso y la trampa de quienes se robaron el revocatorio, burlando la voluntad del pueblo venezolano.

¿Por qué caímos en la trampa? -se pregunta mucha gente ante el desconcierto general al ver que nos dejamos engañar. Buscamos culpables que, ciertamente, los hubo en la Coordinadora Democrática, encargada de llevar adelante las negociaciones con el CNE. Pero el gobierno fue muy hábil en prolongar la fecha del RR hasta el 15 de agosto, poniendo la presión en el vencimiento de la fecha tope para efectuar la consulta, mientras iba diseñando la burda estrategia electoral. Lo demás es cosa sabida y lo que queda en adelante es hacer valer el informe y continuar la lucha cívica para que se respete la voluntad de la mayoría del pueblo venezolano.

A decir de las palabras de Tulio Álvarez, lo sucedido en el RR es un grave acontecimiento que va más allá de un conflicto electoral. “Tiene que ver con la putrefacción del sistema político y la perversión del sistema electoral venezolano”. A las puertas de unos nuevos comicios, ¿Cómo pedirle al pueblo que salga a votar si no se hacen los correctivos necesarios para garantizar la transparencia de las elecciones?.

Hay algo que está muy claro en todos los que estamos comprometidos con el país en el que nacimos, vivimos y queremos permanecer y es que éste nos pertenece por derecho natural, por lo que tenemos que involucrarnos en las decisiones fundamentales que afectan la vida de todos, conscientes de que el tiempo histórico no es para dictadores ni para mesías providenciales, mucho menos cuando no compartimos sus ideologías ni sus procedimientos fraudulentos. El momento, por el contrario, es de alternabilidad democrática, de descentralización, de separación de poderes y de sistemas modernos de conducción económico, político y social.

Por todo esto es que, aunque todavía estemos desorientados, no debemos bajar la guardia ni perder la esperanza. La ilegitimidad del gobierno está demostrada, pero sigue manteniendo el poder y con ello todos los recursos disponibles a su alcance. La verdad está de parte de la oposición democrática, puesto que sabemos que Chávez fue revocado y él también lo sabe. La inteligencia y la integridad también nos acompañan, porque fuimos a un referéndum siguiendo las reglas del juego democrático y al final caímos en la cuenta de que fueron cambiadas. Ingenuidad o ligereza, exceso de confianza, tensiones acumuladas que no dejaban tiempo para seguir alargando la consulta, nos condujeron a una situación de medio camino, en la que la razón nos acompaña, pero la mentira sostenida encubre la realidad de los hechos.

Más temprano que tarde vamos a demostrarle al mundo y a nosotros mismos que el RR fue manipulado por el CNE para dejar a Chávez en la presidencia y que su gobierno es ilegítimo. Quedará entonces al descubierto la ambigüedad de quienes quisieron nadar entre dos aguas y las trampas que son capaces de montar quienes no están preparados para jugar limpiamente. Sólo de esa manera retornaremos a tener un sistema confiable.

El Carabobeño, 24-09-2004