Escribo estas líneas animada por el grupo directivo de Acción Voluntaria de Hospitales, entre ellas la Presidenta Luz Marín de Bagur la Vicepresidenta María Carlota Carbonell y la Sra. Mercedes Graffe, damas entregadas en alma y vida a esa gran labor de ayuda humanitaria y los pacientes del Hospital, hoy llamado Dr. Enrique Tejera. Nos dicen ellas que también su acción social se extiende hacia los núcleos de Bejuma y Puerto Cabello, así como del Anticanceroso ubicado en la Navas Spínola. Ellas, las Damas Azules que han ayudado tanta a su causa noble de la salud, piden ahora ayuda material para concluir su sede en la calle Independencia, a media cuadra de 1a Avenida Fernando Figueredo.
En un folleto descriptivo, leemos que Acción Voluntaria de Hospitales es una asociación privada, sin fines de lucro, que presta ayuda voluntaria a las instituciones hospitalarias en todo lo relativo a la atención integral del paciente, esencialmente en los aspectos afectivos, culturales y recreativos. Su labor no interfiere en ningún caso con la del médico ni con la del personal de los centros asistenciales, cumpliendo actividades y servicios, tales como: Alimentación de niños pequeños y personas impedidas, baño de quemados, traslado de los pacientes en los servicios internos y externos, solicitud de servicios religiosos y asistencia moral a los pacientes, secretaría y envío de correspondencia, información a visitantes, suministro de ropas, alfabetización, laborterapia en cama. Por si esto fuera poco, ellas prestan otros servicios por grupos, como celebración de cumpleaños de niños hospitalizados, piñatas, recreación dirigida, así como colaboran con el hospital en introducción de los pacientes a la consulta externa, cooperación con los médicos en asistencia dietética y en la preparación del material para las curas, o en vacunaciones masivas y en campanas extraordinarias. Otras ayudas son de donación de canastillas, ropero, juguetes, lencería, útiles para el aseo personal y hasta dotación de mobiliario y equipos en ciertas salas que ellas logran completar mediante la solicitud de donativos por parte de empresas y particulares.
Toda esta amplia actividad de asistencia social la han venido desplegando estas Damas Azules a lo largo de 25 años, desde 1975 en que fue fundada la filial de Valencia, cuando se realizó el primer curso de voluntarias, al que asistieron para la fecha 150 personas deseosas de brindar ayuda a los enfermos hospitalizados. A partir de entonces, la asociación está formada por una legión de mujeres que cuentan sus servicios por horas de trabajo en favor de los enfermos, llegando a sumar casi 300.000 horas. Este gesto nos hace ver que hay desprendimiento y deseos de servir a los demás con esa mística que sale del corazón, sin esperar recibir otra recompensa que la satisfacción de la ayuda humanitaria por el bien mismo, tal como una madre lo hace con sus hijos con el instinto maternal de la conservación de la especie humana, viendo en la sonrisa de cada niño cuidado por ellas y en el alivio de tantos hombres y mujeres socorridos con su ternura la retribución moral de la alegría compartida. Porque son los hospitales uno de los sitios en los que el dolor físico lacera más, cuando el cuerno flaquea y las enfermedades o los accidentes quiebran el ánimo. Si nuestros hospitales carecen de recursos económicos y la crisis social los golpea, son precisamente los más necesitados los que más sufren. Es entonces cuando la labor que llevan a cabo esas Damas Azules llega a lo más profundo del alma.
Estas Damas andan en estos tiempos muy apuradas, tratando de obtener ayuda de parte de los organismos gubernamentales de Valencia, de las empresas y particulares, para lograr concluir su seda, que con mucho empeño comenzaron a levantar y a la que le falta poco para poder entrar en servicio para la comunidad. ¿Por qué una sede ‑se preguntarán muchos si su labor es en el Hospital? Pues bien, la sede es la que les va a permitir centralizar sus actividades, entrevistar a las nuevas voluntarias, dar los cursos básicos de entrenamiento en las distintas áreas de asistencia social, reunir el material recabado en las donaciones y, en fin, tener un sitio más accesible donde relacionarse con la comunidad. En esa sede también va a funcionar la recién creada Asociación de Alzheimer Carabobo, para ofrecer ayuda a los enfermas de este mal que afecte las células del cerebro.
La mayor ayuda la esperan conseguir de Parte del Ejecutivo Regional organismo que en el año 1993 les dio una partida de tan solo 3 millones de bolívares. En cuanto a la Alcaldía de Valencia, la donación fue de millón y medio de bolívares. La preocupación de estas Damas Azules es que faltan once millones pera concluir la obra con todos los acabados y ese dinero se ha puesto difícil, porque ambos organismos no agilizan su intervención para que los trabajos no tengan que paralizarse por falta de recursos económicas. Siendo INSALUD y la reconstrucción física del Hospital Dr. Enrique Tejera un logro del Gobierno de la Descentralización, la Acción Voluntaria de Hospitales, que tiene tantos años de servicio en ese centro, merece también una acción generosa de parte del Gobierno de Carabobo, para poder continuar prestando ayuda a los pacientes hospitalizados.
Nos permitimos en este breve artículo dar el teléfono de la oficina en el Hospital para mayor información: 311355 y 585021.
Publicado en El Carabobeño el día 14-11-96