El 25 de marzo del presente año 2021 cumplió Valencia 466
años de fundada, motivo más que suficiente para celebrar, pese a la pandemia
del Coronavirus que azota al mundo actualmente y que ha cobrado millones de víctimas, por quienes elevamos una oración a Nuestro
Señor Jesucristo por su pronta recuperación y por las almas fallecidas. Día de la Anunciación a María por el ángel
Gabriel para decirle que sería la Madre del Hijo de Dios, las imágenes que presiden el altar mayor de la Catedral nos
comunican ese glorioso momento.
Más de
cuatro siglos y medio han transcurrido desde ese memorable suceso, marcados por
acontecimientos de singular importancia en el acontecer regional y
nacional. Uno de ellos quedó grabado en
el discurso del célebre escritor José Rafael Pocaterra, en el cuatricentenario
de la ciudad, cuando proclamó: VALENCIA,
NO PIDAS NADA, TU PARISTE A VENEZUELA.
Tres
actividades relevantes le dieron a Valencia el brillo de gran ciudad: la
industria, la universidad y la cultura, desarrolladas en los períodos
democráticos establecidos desde 1958,
hasta el 2000, cuando comenzaron a perder
la luminosidad bajo la implantación del
Socialismo Revolucionario del s. XXI , forzándolos a ir cerrando sus puertas
hasta apagarlos. Víctimas de una mentalidad desquiciada que usurpó el poder
desde entonces, me referiré en esta ocasión a la ciudad cultural en la que sus
espacios más emblemáticos permanecen cerrados, no por el Covid-19 que es una pandemia
reciente, sino que fueron confiscados
por manos inescrupulosas al servicio de intereses ajenos al progreso de la
Nación.
El Ateneo de
Valencia fue una de las primeras víctimas de la confiscación de su sede y de su
patrimonio, ejecutada en el año 2007 por
la gobernación de Carabobo presidida por el Gral. Luis Felipe Acosta Carlez, sufriendo el
despojo que puso en peligro la valiosa colección de arte producto de los
salones de Arte Arturo Michelena, celebrados en el Ateneo desde el año 1950 hasta
el fatídico año, que sin embargo no logró acabar con el evento artístico,
puesto que desde esa fecha hasta el 2014 se realizó en espacios alternos, hasta alcanzar el 67 Salón Arturo Michelena. La pregunta obligada es donde reposan esos
cuadros premiados.
La Casa Páez,
donde sesionaba la celebérrima Asociación Amigos de Valencia, la Sociedad
Bolivariana, la Fundación Roque Muñoz fundada por la querida amiga Vitalia
Muñoz de Chacín y el Centro de Excursionistas de Valencia, aparte de la valiosa
biblioteca y la permanente vigilancia del amigo Luis Ovalles, quien fue
obligado a salir de la histórica casona, ocasionándole la muerte
prematura. Recordamos las chocolatadas
de la Casa Páez en las que los amigos celebrábamos la llegada de la Navidad con
auténtico compañerismo.
La sede de
la Asociación de Escritores, que fue fundada por los alcaldes Argenis Ecarri y
Paco Cabrera en el Parque Humboldt y que
albergó la biblioteca Margot Ramírez Travieso, fue también despojada de su sede
para asentar en ese lugar a la Policía Municipal de Valencia. Hecho ejecutado durante la administración del
ex alcalde Miguel Cochiola, sin que las
actuales autoridades municipales hayan revertido el hecho. El Museo de Antropología, Casa Celis.
El
Museo de Arte de Valencia, La Isabela, permanece inactivo, privando a los
valencianos de los magnos eventos musicales y artísticos que allí se celebraban. El centro cultural Eladio Alemán Sucre, que
dirigía con tanto acierto el amigo Esteban Simonetti, fue también clausurado a raíz
del cierre del diario El Carabobeño. Con dos salas de exposiciones y una de
conciertos, se siente el vacío dejado por una acción devastadora del quehacer
cultural de la ciudad. La Galería
Braulio Salazar, sede del Salón de las Artes del Fuego, también cerrada por
falta de presupuesto para sostener las variadas actividades artísticas
universitarias.
Valencia, 26 de Marzo del 2021.
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