21 marzo 1999

El Presidente Chávez



El presidente Hugo Chávez  es una figura controversial, sujeto de las mas variadas opiniones, desde que asomo la posibilidad de llegar a ocupar la primera magistratura del país, como en efecto lo hizo con los votos que alcanzo con sobrada ventaja sobre sus competidores. Su nombre actualmente esta en boca de todos, repitiéndose unas veces en tonos airados o encendidos de pasión venezolanista. En sus largos discursos, el dice que lo pueden llamar Chávez, Hugo o Presidente, como a cada quien le venga en gana. Informalidad a la que nos esta acostumbrando el comandante con su manera directa  de romper el protocolo.

Apenas han transcurrido tres meses de su elección y tan solo uno de su toma de posesión, cuando comienza a haber impaciencia en lo que será su forma de gobernar, a la espera de que la incógnita se despeje, puesto que las dudas persisten en cuanto a su don de mando, si va a aplicar mano dura o si mas bien será un demagogo con una fuerte dosis de sensiblería. Muchos de los que votaron por el se mantienen a la expectativa, sin atreverse a manifestarse abiertamente porque no saben con que salida inesperada les va a responder. Chávez no mide sus palabras, es impulsivo para hablar, pero tiene un método de repetir las frases enfatizando el mensaje social y el aspecto de la corrupción con la vehemencia propia de un revolucionario. El pueblo mayoritario que le dio los votos le tiene una gran confianza y en los recorridos que hace por los barrios cargando muchachitos y saludando con sonrisa franca se rodea de montones de gente humilde que le hace peticiones, mostrando una pobreza tan visible que de verdad parte el alma.

Los empresarios y todo ese amplio sector de la economía que mueve el mercado están esperando las medidas que van a regular los bienes y servicios, pero no se vislumbra nada nuevo en el corto plazo, como no sea los largos debates sobre el Referéndum y la Asamblea Nacional Constituyente. Persiste la indefinición y el Presidente no acaba de darse cuenta que no bastan las buenas intenciones para acabar con los altos precios y con el desempleo. Unas buenas medidas económicas tomadas a tiempo y defendidas por expertos en la materia, conformando un buen equipo de gobierno, son mucho mas efectivas que el puro deseo de mejorar la situación. El tema de las invasiones ha terminado por confundir a todo el país, haciendo que los inversionistas mantengan la reserva hasta tanto no se aclare el panorama político. Cuando apenas esta comenzando su mandato, es importante que el presidente sea humilde para rectificar a tiempo y que se deje asesorar, midiendo bien los pasos que va a dar, puesto que su experiencia política es reciente y mas bien domina el campo militar que se diferencia tanto del civil. Hay tantas esperanzas puestas en el como también tanto empeño en hacerlo fracasar, puesto que su personalidad produce reacciones contrarias  y así como para unos es un hombre improvisado, sin preparación, para otros es el salvador de la aplicación de una democracia que aun en estado agónico sigue con vida.

Entretanto, la oposición sigue férrea en su empeño de querer destruir a Chávez, hasta el punto de que el Ministro de la Secretaria, Alfredo Peña, denuncio un plan malvado para liquidar al Presidente. Terrible hecho que conduciría al país a un baño de sangre del que le costaría mucho reponerse, con el riesgo de una posterior dictadura militar que en ningún momento podría ser pacifica y democrática, como la revolución que promueve Chávez inspirada en el ideal bolivariano. Sus opositores están empeñados en mostrarlo como un hombre totalitario, usurpador de la propiedad privada y al margen de la ley. Sin dejarse por eso amilanar, el afirma que no dará marcha atrás para acabar con la corrupción y para ello esta ejerciendo acciones enérgicas en la administración publica, como la eliminación de escoltas, choferes, aviones, carros y celulares, además de intensificar la vigilancia en las aduanas y controlar la evasión de impuestos. Hay tantos vicios que se han hecho costumbre en quienes detengan cargos oficiales, como personas interpuestas para que todo ese quiste social mantenga sus privilegios a costa de una gran parte de la población que vive en la pobreza.

Percibimos a Chávez como un hombre sincero a quien le duele su pueblo, porque lo ve en condiciones muy desiguales ante esa inmensa riqueza del suelo venezolano que ha sido aprovechada por una minoría hábil para manejarla en provecho propio, sin pensar que el malestar social y económico a la larga se revierte contra la propia sociedad que lo propicia. El Presidente tendría que ser un poco mas moderado en sus palabras y ya que es la cabeza del gobierno, dejar el tono de combate y mas bien invitar a todos a cooperar en una gran cruzada nacionalista. Hay en el una tendencia al populismo que genera mucha desconfianza y anuncios de acciones como las de no reprimir las invasiones de propiedades privadas, o las de salir el también a robar si sintiera la necesidad, que corren el riesgo de producir conductas delictivas propiciadas desde su alta investidura.

El triunfo del gobierno de Chávez será el de todos los venezolanos. El coraje que tuvo para irrumpir contra el orden establecido, argumentando un estado de podredumbre política que lo justifico desde su punto de vista y para formar un movimiento en busca del poder que en poco tiempo desplazo a los partidos tradicionales es el de un soldado al servicio del pueblo, para rescatar los valores morales y la dignidad nacional, tal como el afirma insistentemente. De no ser así, la patria se lo reclamara en nombre de un destino que aspira a transitar por senderos de justicia social y progreso económico, diferidos en el tiempo de tantos fracasos y mentiras dichas para ocultar aspiraciones personales, mas que los ideales de una autentica democracia participativa propiciadora de igualdad de oportunidades y paz social.

Publicado en El Carabobeño y El Mundo el 21-03-99