La exposición Pactos sobre tierra, que exhibe actualmente la Sala Alterna del Centro Cultural “Eladio Alemán Sucre”, reúne una muestra singular de platos modelados por el ceramista Carmelo Galicia, sobre cuyo barro cocido 13 pintores y 7 poetas decidieron dejar su huella creadora para engalanarlos con pinceladas de colores y versos que en una sola frase expresan sentimientos y el pensamiento hecho verbo con palabras sublimes matizadas de tonalidades luminosas. Marcos Castillo es uno de los pintores participantes de la exposición y uno de los que le ha puesto mayor entusiasmo, por lo que nos valemos de la ocasión para conversar con él sobre éste y otros puntos relacionados con su extensa actividad en el campo de las artes plásticas. Su labor ha sido más bien silenciosa y discreta, como lo es su persona tenaz en su vocación de pintor y de organizador de exposiciones y salones de arte.
De tal manera que la conversación con Marcos fluye fácil al abordar este tema, puesto que él ha sido artífice principal debí movimiento plástico en la ciudad, cuando ingresó desde muy joven a la escuela “Arturo Michelena” en el año 1953, para algunos años después ser profesor de tomas tridimensionales y diseño en esa misma Escuela. Desde el año 1961 al 65 fue sub‑director de la Escuela “Rafael Monasterios” de Maracay. Los círculos culturales no se crean por generación espontánea, sino que se gestan desde muy temprano, cuando el medio está preparado para absorber el germen creador que se ha preparado para salir hacia la luz, portando imágenes enriquecedoras de nuestro acervo cultural. La fundación de la Escuela Arturo Michelena y la creación del Salón homónimo que organiza el Ateneo de Valencia fueron medios propicios para la formación de un movimiento plástico de gran solidez en la ciudad. Hay agentes impulsadores de estos movimientos y en lo que se refiere a las artes plásticas en Valencia, Marcos ha sido uno de ellos, junto con los maestros Braulio Salazar y Fulalio Toledo Tovar, sin menoscabo de otros que han influido también en la búsqueda de nuevas búsquedas, que han cristalizado en una trayectoria ininterrumpida de cinco décadas y media de máxima representación de las Artes Visuales nacionales. En esta confrontación Marcos ha sido unas veces jurado, otras artista participante y muchas veces ha contribuido con el montaje, demostrando siempre un espíritu de colaboración desinteresada.
Marcos fundó el Departamento de Expresión Plástica de la Universidad de Carabobo que funcionaba en el Rectorado, más que todo para diseñar logotipos, afiches, catálogos, portadas de libros y montar exposiciones. Cuenta que en el año 1973 alquilaron dos locales en el Edificio “Don Pelayo” y fue allí que nació la Sala de Exposiciones fundada y dirigida por él desde sus comienzos, junto con Nordis Velásquez y Zerep. Allí permanecieron alrededor de cinco años, cuando el Director de Cultura era Gabriel De Santis. En esa sala se expuso el II I Salón Nacional de las Artes del Fuego en el año 1975 e incluso una sección de Dibujo del Salón Michelena, en el año 1978, bajo la presidencia de Alicia Oliveros, fue exhibida en esa sala provisional. Por insuficiencia presupuestaria de la UC, cancelaron el alquiler y se fueron para el Ateneo, en donde continuaron otros montajes del Salón Nacional de las Artes del Fuego, organizados por Marcos y Humberto Jaimes Sánchez.
Lo que sigue después es muy importante para conocer el papel decisivo que jugó Marcos en la consecución de la sala “Braulio Salazar” en la Plaza Prebo. Un día su buen amigo Dr. Rafael Táriba lo invitó a pasearse por la pérgola que había en la plaza y él, al verla, le pareció ideal para hacer allí la galería universitaria, manifestándole al Rector Pablo Bolaños la necesidad de conseguir tan hermosa estructura. El Rector ofició de inmediato al Concejo Municipal y la donación del espacio se hizo realidad. El arquitecto Pedro Mateo colaboró con el diseño de la sala. La empresa Cerámica Carabobo con la buena disposición de Frida Añez de Masgarevy regaló la cerámica para el piso. Tras muchos dolores de cabeza y molestias, Marcos consiguió otras donaciones para equipar la sala, que para él fue un reto y una satisfacción, puesto que ésa es en gran parte obra suya. El apoyo moral se lo dieron Humberto Jaimes Sánchez, Nordis Velásquez, Suardo Castillo y Luis Guevara Moreno. La sala se inauguró en el año 1980 y Marcos fue su primer director hasta el año 1989. Allí se estableció la sede definitiva del Salón Nacional de las Artes del Fuego.
Pienso que Marcos ha dejado en segundo plano su inclinación artistica para dedicarse más a la labor organizadora y que entregó mucho de si mismo a la sala que fundó y dirigió, sin que su desprendimiento haya sido apreciado debidamente, mucho menos por la institución a la que él le entregó tanto de su experiencia. Su vocación por el arte sigue igual, por lo que le pregunto si se considera más pintor que escultor. Marcos me responde con prontitud que ambas cosas, contándome que se inició con Escultura en la Casa Paez, donde funcionaba la Escuela “Arturo Michelena”, en el año 1953. También funcionaba ahí la Escuela de Ballet. El profesor de Escultura fue un español llamado Claudio Mimo, de quien todavía se conservan en las Escuela AM dos obras en yeso que no están en muy buenas condiciones. Se dejaba un día para la Pintura, otro para la Escultura y otro para el Dibujo. Marcos nos dice que tanto su abuelo como su padre fueron ebanistas y que él desde muy joven tallaba figuras, hacia muñecos y pintaba mientras los veía a ellos trabajar. En el año 1952 se hizo un autorretrato ayudado con un espejo. Un día Braulio Salazar, quien fue el fundador y primer director de la Escuela, fue a montar un cuadro en el taller de su padre y, al ver el autorretrato le gustó tanto que invitó a Marcos a inscribirse en ella.
Al egresar, cursó estudios en el Taller Libre de Escultura con el maestro español Eduardo Gregorio, de quien conserva una magnifica cabeza tallada en madera de ébano, además de un recuerdo imperecedero por todo lo que de él aprendió. En el año 1965 fue becado por el Concejo Municipal de Valencia para continuar estudios de investigación artística en la Escuela Superior de Bellas Artes de Paris. Marcos continúa trabajando, sumando obras a suya larga lista de pinturas y esculturas, sirviendo de jurado en numerosos salones del Estado Carabobo y otros que lo invitan a participar y metido de lleno en ese claroscuro iluminado por la chispa del fuego creativo. Su participación en esta magnifica muestra Pactos sobre tierra da señales de ello.
Publicado en El Carabobeño el 06-08-99