El último censo nacional de los Estados Unidos reveló que los hispanos son la primera minoría étnica, alcanzando ya la cifra de 39 millones, con la que superó a los afroamericanos, que hasta hace unos pocos años atrás había sido el segundo grupo racial de la nación. Un nuevo sondeo mostró también que los latinoamericanos continúan llegando a USA y que aproximadamente unos 5 millones están en situación de ilegalidad. Los latinos no se definen tanto por sus nacionalidades de origen, sino más bien se les engloba a todos bajo el término hispanos, que es el más usado para clasificar a todos aquellos provenientes de países de habla española. A los mexicano-americanos se les llama tejanos y en Nueva York y Chicago se les suele llamar chicanos, aunque este término es más bien despectivo, prefiriéndose por tanto latinos.
El tema de la inmigración latinoamericana hacia los Estados Unidos es sumamente complejo, puesto que tiene raíces históricas muy profundas que se extienden desde hace 5 siglos atrás hasta el presente, por lo que hay que abordarlo desde diversos ángulos y en espacios y fechas separadas por sucesos diferentes, pero que en general han dado lugar a la supremacía de Norte América sobre Centro y Sur América, quedando en desventaja los países de origen hispano, lo que ha producido las oleadas de inmigración en busca de una vida mejor, las cuales continúan en aumento por cuanto los hispanoamericanos en sus respectivas naciones no han logrado consolidar la estabilidad política ni económica y siguen con altos índices de pobreza, analfabetismo y corrupción.
La cercanía geográfica y el hecho de ser parte del mismo continente americano, unido a las relaciones históricas de desplazamiento de hispanos por parte de anglos en tierras que habían sido inicialmente descubiertas y conquistadas por la Corona Española en nombre del Imperio y de Dios y de las que fueron sus legítimos propietarios una vez que se independizaron del yugo español, les da a los latinos cierto derecho natural a volver a los lugares que antiguamente les pertenecieron. Para repasar un poco los antecedentes de esa inmigración, consulté un libro denominado “Latino Literacy”, cuyo autor es un cubano americano llamado Frank de Varona. Los datos estadísticos actualizados los tomé de la prensa en informaciones relacionadas con el tema. Siendo la procedencia de los latinoamericanos diversa, también lo es la forma como cada nacionalidad se ha ligado de manera diferente con los Estados Unidos y cómo continúan manteniendo sus individualidades culturales, folklóricas, culinarias y costumbristas al integrarse a la sociedad norteamericana que, de paso, hoy día se asemeja más a un mosaico multicultural que a una sociedad homogénea.
La experiencia mexicana es distinta a la cubana, a la puertorriqueña, o a la centroamericana. De todas, la mexicana fue la más conflictiva e injusta, así como también la inmigración mexicana es la más intensa, calculándose en dos tercios del total de la población hispana. En la guerra con Texas los Estados Unidos adquirieron l.300.000 Km2 de territorio mexicano, extendiéndose desde el Río Grande hacia el suroeste hasta el Pacífico. Bajo los términos del Tratado Guadalupe Hidalgo, que se firmó al concluir la Guerra México-Americana en l848, México cedió a los Estados Unidos casi todo el territorio ahora incluido en los estados de Nuevo México, Utah, Nevada, Arizona, California, Texas y el occidente de Colorado, por un monto de $l5.000.000. Con la invasión de México por parte de los yanquis , negociada en desventaja con un país que para la época había quedado debilitado al haberse independizado a su vez del Imperio Español, los mexicanos perdieron sus derechos legítimos de ciudadanía y pasaron a ser residentes de segunda clase. Como los mexicanos tienen un alto componente indígena y todavía México no ha logrado consolidar la estabilidad económica y política a la que aludimos inicialmente , continúa aún la desventajosa inmigración, atraídos por la fortaleza del dólar, las oportunidades de empleo y el amparo de la ley.
Es otra la situación de los cubanos que comenzaron a llegar a la Florida en números crecientes a partir de 1960, huyendo de la Revolución Marxista Leninista que Fidel Castro impuso en la isla. La historia apunta también que el conquistador español Juan Ponce de León, en 1513, fue el primero que pisó lo que es hoy los Estados Unidos continental, al llegar a la tierra que él llamó La Florida, por haber arribado en tiempo de Pascua Florida. Y el conquistador Pedro Menéndez de Avilés, en 1565, gobernó durante 10 años la costa este de ese mismo estado, fundando asentamientos permanentes, fortalezas y misiones. En cuanto a Puerto Rico, pasó a ser un Estado Libre Asociado como resultado de la Guerra Española-Cubano-Americana, en 1898, adquiriendo ese status medio siglo después. De igual manera en Centro América y la República Dominicana los vaivenes políticos y la pobreza han producido fuertes flujos de inmigración hacia USA. Los venezolanos, que hasta hace poco nos ufanábamos de ser una nación que en lugar de emigrar acogía más bien a los inmigrantes, vemos con tristeza cómo muchos de nuestros compatriotas se están yendo para Norteamérica, alejándose igualmente de los delirios revolucionarios del gobierno chavista.
En general, todos esos países hispanos tienen diferentes particularidades e historia, pero desde el punto de vista del derecho natural, su arribo a USA es como una reconquista de los territorios que antiguamente les pertenecieron. Año tras año se han ido ganando un puesto merecido en la sociedad norteamericana, enriqueciendo con su aporte el gran mosaico cultural y el auge económico del gran vecino del Norte.
Publicado en El Carabobeño el 14-10-03