08 mayo 2004

La España actual


El turista puede ver a simple vista el progreso de España  al pasar por sus carreteras y autopistas, de una ciudad a otra en cualquiera de sus direcciones.  La infraestructura vial que se extiende por toda la península está mantenida en muy buenas condiciones, aparte de la red de ferrocarriles nacionales y en las ciudades principales el metro, los autobuses y tranvías facilitan el transporte de una  manera coordinada en horarios y rutas a propios y extraños,  que en número de millones estos últimos  visitan anualmente al país, ya que España ha cifrado parte de su economía en el turismo,  que ha sabido explotar hábilmente aprovechando el recurso histórico, el folklore y la variedad de regiones que hacen de la península española un enriquecedor  mosaico cultural.

La apertura democrática de España se evidenció en la reciente elección presidencial en la que triunfó José Luis Rodríguez  Zapatero, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), con un cambio pacífico de gobierno abierto al diálogo y a la tolerancia , en oposición al anterior del Partido Popular (PP) presidido por José María Aznar que, si bien fue exitoso en lo económico, impuso un modo de actuar unilateralmente, siendo el envío de las tropas a Irak en contra de la voluntad popular,  lo que costó la derrota electoral del candidato de ese partido, Mariano Rajoy.

El terrorismo es el tema que preocupa actualmente a los españoles, luego de la explosión de las bombas en el tren de la estación de Atocha el ll de Marzo y el posterior suicidio de los terroristas en el piso de Leganés.  Otras armas y grupos extremistas están siendo desactivados por la policía, pero los focos del terror persisten como consecuencia del fundamentalismo islámico que amenaza hoy día a las sociedades occidentales,  enfrentadas como en una nueva Cruzada contra los moros fanáticos dispuestos a matar y a morir  por sus ideologías religiosas y nacionalistas cargadas de violencia irracional.  Para apaciguar los temores, la  primera orden de Rodríguez Zapatero fue la de retirar de inmediato las tropas españolas de Irak,  sin esperar la resolución de la ONU. Para algunos, el recién electo mandatario se dejó chantajear por los terroristas, pero  la gran mayoría piensa que  fue una decisión acertada.

Otro asunto que tendrá que resolver el nuevo gobierno es el de las comunidades autónomas, particularmente las del País Vasco, la Catalana y la Gallega que, a medida que se profundiza la democracia, exigen  más derechos, siendo la primera, el Euskadi, la más beligerante y violenta con su grupo armado la ETA, en tanto los catalanes exigen sus prerrogativas tenazmente, sin aflojar un ápice en sus pretensiones que en estos momentos se centran en que el Catalán pueda ser aceptado como lengua oficial en la Unión Europea, argumentando para ello que lo hablan l0 millones de personas y que sus raíces históricas y culturales los diferencian del resto de España.  Los gallegos ejercen menos presión sobre el gobierno central, sin perder por ello su independencia administrativa y política.  Las tres comunidades piden que sus  diferenciadas identidades se respeten, pero no está planteado su separación total del resto de España, puesto que eso más bien debilitaría a la Nación.

Me llamó la atención, en estas tres comunidades que tuve la oportunidad de visitar junto con dos de mis hijos,  oír cómo  las lenguas  respectivas se alternan  fácilmente con el español y ver en los periódicos locales artículos escritos en sendos  idiomas, así como cada una de estas comunidades tiene sus propios órganos divulgativos publicados sólo en el idioma local.  Leyendo los medios impresos,  pude asimismo comprobar la libertad de expresión que existe en la España actual, sin la censura que prevaleció durante la dictadura franquista ni los prejuicios sociales o religiosos de épocas pasadas.

Los días fueron cortos para visitar unas cuantas ciudades, comenzando por Madrid que se muestra como siempre espléndida con sus hermosos edificios antiguos, sus amplias avenidas engalanadas con estatuas y fuentes.  Prevalecen en la capital española  en estos momentos dos acontecimientos: el cambio de gobierno que acaba de instalarse en La Moncloa  y la boda real de Felipe Príncipe de Asturias y Leticia,  programada para el próximo 22 de mayo con una gran ceremonia que tendrá lugar en la Catedral de La Almudena y en el Palacio Real se celebrará  el banquete nupcial.

Desde Madrid en un tren toda la noche para el punto central de nuestra gira a Santiago de Compostela para pasar allí  el viernes, sábado y domingo de la Semana Santa.  Fue ésa una experiencia inolvidable que merecería un artículo aparte, pero en general es notable el espíritu de religiosidad que prevalece entre los fieles y peregrinos que llegan para visitar la tumba y la Iglesia del apóstol Santiago. En Bilbao pudimos ver el Museo Guggenheim, cuya arquitectura es tan audaz y ultramoderna que se convierte en la mejor obra que hay que ver en ese recinto artístico.

En esa ciudad pudimos ver en un punto muy céntrico un busto del Libertador Simón Bolívar, hermanando a Venezuela y España en sus lazos históricos y culturales. Finalmente Barcelona se mostró siempre bella y pujante ciudad, anfitriona de eventos tan importantes como el Fórum 2004,  gran encuentro de culturas,  que se celebrará a partir del próximo mes de Mayo.  Muchas cosas que ver y que apreciar en tan corto tiempo, dejándonos  en general una magnífica impresión de la España actual en su pasado, presente y futuro.

El Carabobeño, 08-05-2004