19 diciembre 2004

Tiempo de Navidad



Se aproxima la Navidad, ese tiempo que para los cristianos transcurre desde el nacimiento de Jesús el 25 de diciembre hasta la Epifanía el 6 de enero.  Es una festividad que abarca dos meses que, a  pesar de que se enlazan el uno con el otro, son contrarios,  puesto que en el calendario gregoriano diciembre es el último mes del año y enero es el primero.  Final de un año, comienzo de otro.  Tiempo de Adviento, de Fe y de Esperanza en el porvenir. Consumación de una fecha que concluye, cierre de temporada,  detención obligada para hacer un recuento de lo que pasó y dar inicio a nuevos proyectos, todo enmarcado dentro de una celebración que no pierde su vitalidad renovadora por ser la fiesta por excelencia del Cristianismo, cuya doctrina salvadora trajo Jesucristo para establecer el reino de Dios en la tierra.

Los días y las semanas pasan raudos. Como un destello se cumple  un ciclo que la celebración mágica de la Navidad convierte en un evento trascendente de dimensión humana y divina. Fiesta religiosa y profana al mismo tiempo, representada por el pesebre y por el pino, formado uno con elementos tan sencillos como el establo, los animales, los pastores rodeando al Niño Jesús recién nacido al lado de San José y María en un lugar humilde, símbolo del desprendimiento de los bienes materiales  a favor de los espirituales y adornado el árbol con bambalinas de colores, lazos y luces cuyo brillo alegra los ambientes navideños.

Tiempo de dar y tiempo de recibir. Época en que se compran los regalos que los niños, particularmente, esperan con ansiedad. Salen a relucir los juguetes, unos más lujosos y sofisticados que otros, fabricados con la más avanzada tecnología  capaz de avivar la inteligencia de los chicos, otros menos complicados y algunos muy simples, pero que de una manera u otra sirven de diversión. En Navidad los regalos adquieren una significación especial cuyo motivo no es otro que la propia celebración del hecho religioso convertido en fiesta social. Conmemoración propicia para producir intercambio de obsequios que siempre producen sorpresas. Muchos comerciantes esperan diciembre para saldar sus deudas, puesto que aspiran a vender más en esa fecha y los trabajadores cobran el pago de las utilidades para gastarlas en los estrenos, los juguetes, las comidas y bebidas. Es un entusiasmo dispendioso que eleva los ánimos y despierta el deseo de compartir.

La Navidad es también tiempo de reconciliación y de perdón, propicio a dar tregua para que se reduzcan las tensiones en un mundo dominado por tanta violencia, injusticias y materialismo. El hecho de reunirse en familia y con las amistades para celebrar las Pascuas y el Año Nuevo hace que, al menos temporalmente, cesen las hostilidades y la discusión de los asuntos públicos y privados se concrete en un plano de mayor acercamiento entre unos y otros.  Se impone en esta época del año el abrazo fraterno y la mejor voluntad para reparar errores.  El mensaje continúa estando vigente, por cuanto los hombres se empeñan en no prestarle atención con la mano puesta en el corazón. El egoísmo, la codicia, la agresividad y la injusticia siguen hiriendo las relaciones personales, impidiendo que los seres humanos se pongan de acuerdo para vivir en armonía.

Aunque muchas personas e instituciones tratan de rescatar las tradiciones y anuncian que volverán las misas de aguinaldos, las parrandas que van de casa en casa cantando villancicos e improvisando versos,  las hallacas, ensalada de gallina, dulce de lechosa y torta negra baratas, la situación venezolana  año tras año se torna más complicada y la inseguridad ha tomado las calles, por lo que ni las misas de aguinaldos ni las parrandas podrán tener el mismo sentido de épocas pasadas. Con tantos niños pobres, muchos de ellos se quedarán sin regalos y pensarán que el Niño Jesús no se ocupa  de ellos. A otros que tienen acceso a los videos y a los juegos electrónicos, el Niño Jesús les resulta demasiado puro, acostumbrados  como están a ver figuras extravagantes que vienen de otros planetas o de  mundos imaginarios que pueblan hoy día los relatos infantiles. Si acaso San Nicolás con su blanca barba y su traje rojo se asemeja más a esos personajes fantásticos que son los que disfrutan los niños de esta época.

El esplendor de las fiestas decoradas con bambalinas de colores y luces rutilantes, envolturas de regalos y compromisos sociales no debe, no obstante,  opacar el tema central de la celebración navideña, cual es la búsqueda de la paz y de la mejor buena voluntad entre los hombres para encontrar la gloria de Dios en la tierra,  tal como dice la oración. Por simple que parezca, 2.000 años de Cristianismo acumulan la sabiduría de las verdades eternas y ellas son la clave para resolver tantos conflictos, sólo que las interpretamos a conveniencia, sin que los abrazos logren romper las barreras mentales que nos separan.

El Carabobeño, 19-12-2004

13 diciembre 2004

Una derrota anunciada



Pese a que el CNE insistió tanto en decirle a los venezolanos que era un árbitro imparcial, transparente y confiable días antes de las elecciones del 3l de Octubre, la mayoría opositora nunca se lo creyó.  Era poco menos que una burla continuar con esa cantinela en un ambiente electoral sometido a muchas incertidumbres después del  fallido RR del pasado l5 de Agosto.  La opinión general era que el fraude estaba montado, alertándolo a la opinión pública la propia rectora principal Sobella Mejías, la organización civil Súmate, el abogado Tulio Álvarez y su equipo y varios relevantes políticos de la oposición, entre ellos Oswaldo Álvarez Paz, Alfredo Peña y Hermán Escarrá, advirtiendo que  no se debería convalidar  la ilegitimidad del CNE participando en unos comicios viciados.  Se llegó incluso a interponer un recurso de amparo ante el TSJ para diferir las elecciones, de cuya decisión dependió hasta última hora la realización de las votaciones.

Haciendo caso omiso de esas señales, los gobernadores, alcaldes y legisladores regionales aspirantes a la reelección en sus estados y municipios y los nuevos candidatos a posesionarse en esos cargos, decidieron ir a la consulta, en tanto el oficialismo recalcaba la prédica de la transparencia del CNE con la urgencia de que había que ir a votar. De tal modo que se impuso un mensaje cruzado que provocó un alto índice de abstención y una derrota para la oposición, fracturada y confusa con una dirigencia inconexa.

Lo que Enrique Mendoza en el estado Miranda, Eduardo Lapi en Yaracuy, Henrique Fernando Salas Feo en Carabobo,  entre otros, pensaron que no les podía suceder, pasó a ser un hecho anticipado, sólo que ellos no quisieron escuchar la voz de alarma.  Desestimaron la voz del presidente Chávez cada vez que en abierta campaña electoral, recorriendo los estados más vulnerables, los amenazaba con que los iba a sacar por la fuerza militar si no acataban los resultados del CNE,  que él,  aparentemente,  ya conocía.  Efectivamente, esa fuerza militar se desplegó hasta varios días después de los comicios, como para que no quedara ninguna duda de que el presidente estaba dispuesto a cumplir su palabra.  Barricadas de guardias nacionales, con sus fusiles al hombro, estuvieron resguardando los centros  electorales mientras los gobernadores y alcaldes discutían sus diferencias.  No acatar los resultados hubiera significado arriesgar a la población a una lucha sangrienta y eso nunca estuvo en la mente de los actores en desacuerdo.  El pase de factura de los electores descontentos con la dirigencia que condujo al fracaso del RR también jugó en su contra.

En cuanto a Carabobo se refiere, Valencia ganó con el triunfo contundente del alcalde Paco Cabrera y su victoria nos da una gran seguridad de que va a continuar gobernando con sentido de grandeza. El triunfo de Julio Castillo, en Naguanagua, es también gratificante, por la cercanía de ese municipio con esta capital de estado.  En lo que se refiere a Henrique Fernando Salas Feo, no dudamos de su afirmación de que le sustrajeron miles de votos para asignárselos a partidos desconocidos y una de las pruebas más contundentes es que los diputados de su partido Prove ganaron todos los circuitos  electorales del estado Carabobo.  Le tocará ahora a él hacer una oposición constructiva y prepararse para futuras contiendas,  buscar apoyo popular y el de otras fuerzas políticas, dejando a un lado esa actitud excluyente que tanto lo perjudicó.  A quienes les duele su derrota y no salieron a votar, debe pesarles mucho tanta apatía, ahora cuando ya es tarde.

Viéndolo objetivamente, no nos gustan las ilegalidades, mucho menos cuando son promovidas desde las posiciones de mando, ni tampoco las manipulaciones, menos todavía los tonos arbitrarios ni autoritarios cuando se valen de la fuerza militar para apoyarlos.  Puesto que las elecciones son un acto cívico, lo deseable sería que permanecieran en ese plano a la hora de que el pueblo tenga que expresar su voluntad y no debería haber tantos recelos como los que han ocurrido en los últimos comicios, que han dejado serias dudas sobre la veracidad de los resultados.

Somos de convicción democrática y pensamos que las palabras y la búsqueda de la verdad y de la justicia social son mejores que las armas para sostener cualquier proyecto político, por más que ése se autoproclame revolucionario. Ojalá que el gobierno chavista se enrumbe por buen camino, puesto que lo deseable es ir hacia adelante, nunca hacia atrás.

El Carabobeño, 13-12-04