El Decreto Ley de Reconversión Monetaria, emitido por el presidente Hugo Chávez Frías a partir de Enero del 2008, hizo entrar en circulación el bolívar fuerte, reduciendo tres ceros a la moneda, formando parte de un conjunto de medidas orientadas a consolidar el crecimiento de nuestra economía, de forma que lo que era 1.000 bolívares pasó a ser 1 bolívar fuerte, denominado Bs. F.1. Pocos años después, ese bolívar es mucho más de 1.000 bolívares, lo que se compraba con ese bolívar ya no se compra con Bs. 1.000. Se habló entonces de un bolívar fuerte, una economía fuerte, un país fuerte. Ilusión pasajera que duró poco tiempo, cuando comenzó a dispararse la inflación producto de las medidas económicas copiadas del modelo cubano. La reconversión, sin embargo, permitió la circulación conjunta de los bolívares disponibles para esa fecha con los de la nueva escala monetaria representada con el símbolo de “Bs.F”.
No sucedió así en pleno mes de Diciembre del 2016, cuando los venezolanos nos disponíamos a celebrar la Navidad y al presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, en correspondencia con el presidente del Banco Central, Nelson Merentes, se le ocurrió anunciar la emisión del nuevo cono monetario, conmocionando a toda la población a lo largo y ancho del país al obligarla a entregar al Banco Central, en un plazo de algo más de una semana, todos los billetes de 100 bolívares, ya sin valor porque los nuevos billetes de 500, l.000, 2.000, 5.000, 10.000 y 20.000 iban a entrar en circulación, al igual que las monedas.
El pueblo se apresuró a cumplir la orden, en medio de la escasez, la inflación y la inseguridad, las personas mayores formaron filas a las puertas de los bancos del estado para cobrar las pensiones y todos aquellos que tienen cuenta en los bancos privados se percataron del poco efectivo disponible, al comenzar a hacer entrega de los billetes de 100, cansados por las largas colas al frente de los cajeros automáticos, teniendo que apelar a las tarjetas de débito para pagar en los mercados, sin poder acceder aún al anunciado nuevo cono monetario.
Tres prórrogas han extendido la validez del billete de 100 bolívares hasta el 20 de febrero del año actual, puesto que las agencias bancarias apenas han comenzado a recibir las nuevas emisiones, luego que el Banco Central de Venezuela les entregara un cronograma de distribución. El anuncio presidencial fuera de tiempo, improvisado y desacertado, sin planificación, ha dado lugar a múltiples interpretaciones por parte de los venezolanos, deduciendo que detrás de todo esto se esconde una gran irregularidad administrativa. La corrupción e ineficiencia del régimen afincó sus raíces en los 17 años de revolución, trayéndole al pueblo más miseria y opresión.
La figura de Simón Bolívar, representada en el viejo y en el nuevo cono monetario, está devaluada por el mal uso que se ha hecho del nombre de nuestro Libertador, utilizándolo en la nomenclatura de la Revolución Bolivariana del siglo XXI, instaurada por Chávez al ascender al poder en 1998, copiando el esquema cubano que, al igual que en la isla caribeña, evidencia el fracaso económico y social, antítesis del auténtico ideal del Padre de la Patria, quien luchó por la soberanía, la libertad e independencia conculcadas en estos últimos años por quienes han violado la Constitución, echando por la borda los principios fundamentales de la nacionalidad.
Valencia, 18 de enero del 2017.