16 diciembre 1991

Reatificación o Renuncia



Por lógica natural, se impone que quienes gobiernan deben ser los que conduzcan el rumbo del país por senderos seguros, tomando el timón de la nación con acierto para llevarla a buen destino. Cuando esa lógica se invierte y tiene que ser la sociedad civil la que fije la dirección, significa que algo está fallando en el equipo de gobierno. En este caso, es el presidente Hugo Chávez quien luce desviado de la senda que le toca seguir para enderezar la administración de la República, tratando de imponernos una revolución ideada por él que no nos conviene.

Para salirle al paso a tanto disparate, la dirigencia civil ha tenido que organizarse y convocar el primer Paro Cívico de esos 40 años tan denigrados por el actual mandatario Su tono es violento cuando se refiere al pasado cercano de ese período de nuestra historia democrática y, si en la campaña electoral le dio buen resultado la prédica contra la corrupción, el clientelismo político y la pobreza, hoy vemos que esos males han aumentado, con el silencio cómplice de los chavistas que buscan beneficiarse de las dádivas que les otorga el jefe de la revolución bolivariana, como si él sólo pudiera disponer de esos bienes.

El sector productivo del país está dando una demostración de solidaridad en defensa de la seguridad alimentaria, el empleo y la estabilidad democrática. El presidente de Fedecámaras, Pedro Carmona Estanga, mantiene una actitud valiente, sin alzar la voz ni ofender llamó a los ciudadanos a un Paro Cívico pacífico, convocándolos a quedarse en casa y a no provocar, como una forma de rechazar las 49 leyes aprobadas a espaldas de la Nación, perjudiciales en muchos de sus artículos a los intereses de los venezolanos. Vemos a un hombre de modales suaves y actuar enérgico defender los beneficios legítimos de la libertad económica, consciente de la dinámica que ésa representa para el progreso social.

En un caso sin precedentes, la CTV, liderizada por el recién electo Carlos Ortega, se dio la mano con los empresarios para apoyar el Paro Cívico del 10 de Diciembre, al cual respondió masivamente un 90% de la población cansada de tanta demagogia y agresividad de parte del Jefe del Estado. Al anunciar futuras huelgas y manifestaciones de descontento popular por el incumplimiento de políticas laborales, la dirigencia cetevista anuncia conflictos que, de no resolverse, producirán mayor malestar. Se impone un rotundo NO al estatismo centralizado de la economía al estilo cubano, ya que ése en poco tiempo producirá más hambre y miseria, tal como sucede en la isla caribeña.

El presidente de la Federación Nacional de Ganaderos, José Luis Betancourt, en un acto simbólico de desobediencia civil, rompió la Ley de Tierras por considerarla confiscatoria de la propiedad privada, al quitarle al productor del campo el derecho sobre los bienes que produce, para que sean los funcionarios del Estado quienes decidan el uso de la tierra. Prácticas éstas completamente fracasadas en otras partes del mundo. Asimismo, el representante de los colegios privados, Leonardo Carvajal, invitó a sus afiliados a respaldar la acción para protestar contra la ideologización de la Educación, tanto pública como privada, considerando un descaro la juramentación de supervisores itinerantes y la traída de maestros cubanos para adoctrinar a nuestros niños y jóvenes, colocando las figuras de Fidel Castro y el Che Guevara como modelos.

La posición asumida por el Bloque de Prensa Venezolano es igualmente valiente, por cuanto los dueños de los periódicos y medios televisivos son amedrentados por el Presidente de la República con amenazas de cierre y multas por difundir lo que cada día se hace más evidente, que no es otra cosa que el gobierno es de corte autoritario, fascista y anacrónico. En los últimos días salieron a relucir cuatro mujeres periodistas: Patricia Poleo, Marta Colomina, Ibelyse Pacheco y Marianela Salazar que pusieron muy en alto la labor informativa que cumplen los medios en las sociedades democráticas, denunciando con pruebas en la mano hechos de corrupción del Plan Bolívar 2000 y la intimidación de que son objeto por parte de los militares involucrado en el caso.

De igual manera la Red de Veedores y la Asociación Civil “Queremos Elegir” manifestadas por los ciudadanos Ruth Capriles y Elías Santana, entre otros, han denunciado los fraudes electorales y los abusos de poder que han hecho que el actual gobierno caiga en picada, produciéndose en la población un descontento por un estilo guapetón y arrogante que, lejos de dialogar decide por vía unilateral, aprobando leyes que no han sido revisadas.

El comunismo disfrazado de revolución bolivariana que nos quiere imponer Chávez se derrumbó por su propio peso en la Unión Soviética y en Cuba se mantiene porque un tirano como Fidel se aferra al poder. Los pueblos sometidos al yugo de una sola clase política, comandados por líderes mesiánicos que se creen dueños de la verdad absoluta, terminan por rebelarse y para ello no cuentan con otra cosa que su propia voluntad. Sin armas y sin violencia el pueblo venezolano pide rectificación en la conducción del país. Concertación en lugar de confrontación para que el viraje se produzca de manera pacifica. De lo contrario la sociedad civil se encargará de desplazar la corriente chavista por una más acorde con los nuevos ideales de la Patria, ésos que promueven la libertad, el derecho y la seguridad

Publicado en el Carabobeño el día 16-12-91

28 septiembre 1991

Guerra al terrorismo



El terrorismo perpetrado contra las Torres Gemelas de Nueva York y contra el Pentágono, en Washington, tomó al mundo por sorpresa con su secuela de dolor. Aterrados estamos de ver la manera como se ejecutaron esos actos en espacios urbanos de ciudades capitales, a plena luz del día, lanzados contra personas corrientes sin ninguna relación con el poder dominante al que tratan de amedrentar. Así como el terrorismo es un enemigo sin rostro, con múltiples conexiones en diversos países, mas de sesenta, según han adelantado las agendas internacionales de inteligencia, de la misma forma sus ataques matan a seres inocentes que, por una mala casualidad del destino, están en el lugar donde detonan las bombas o los ruches explosivos. Puede ser en un centro comercial, en un tren cargado de pasajeros, en un avión secuestrado o en cualquier calle de cualquier ciudad del mundo. Ese acto contra los Estados Unidos ha sido el peor registrado en la historia de esa nación que, justificadamente, se siente golpeada en lo mas profundo.

Victimas desprevenidas de locos suicidas y odios emponzoñados en el alma de los terroristas, que tratan de imponer una ideología religiosa o política que los obsesiona hasta el punto de matar y destruir sin compasión, a cualquiera de nosotros, si no se contraataca radicalmente esta irrupción violenta del terrorismo, no estará a salvo en ninguna parte. En los ataques contra las fuerzas vitales norteamericanas, murió y salió herida gente que no participaba en política, ni era económicamente poderosa, solo simples ejecutivos, secretarias, hombres y mujeres del común colectivo que se levantaron bien temprano a trabajar y cuyas vidas quedaron segadas para calmar los rencores de fundamentalistas islámicos que obstinadamente, ven en la cultura occidental la negación de sus valores religiosos.

El principal indiciado en los ataques, el rico árabe protegido por el gobierno de la milicia talibana en Afganistán, Osama Bin Laden, es la plena descripción del líder de espesa barba y mirada intensa poseído por una obsesión, tal como la que mostró en Irán el Ayatola Komeini, tras el derrocamiento del Sha de Irán en el año 1979. A partir de entonces el Occidente comenzó a darse cuenta que los islámicos fundamentalistas rechazaban la cultura de las sociedades democráticas liberales y que había hombres sombríos, con turbantes y batolas, guiados per los rígidos preceptos del Corán, que censuraban el comportamiento suelto de las costumbres y la irreverencia religiosa Recordemos la persecución que mando a hacer el Ayatola Komeini del escritor hindú Salmán Rushdie, autor de “Los Versos Satánicos” que a su entender eran blasfemos, así como la desatada contra el Sha para que fuera llevado a Irán y allí ser juzgado y ejecutado por el régimen que se impuso en el poder.

La lucha entre palestinos y judíos en el Medio Oriente no ha cesado desde hace muchos años, pero se ha recrudecido con los ataques terroristas que afectan tanto a unos como a otros y matan a personas inocentes. Después resaltaron en el plano internacional los regímenes dictatoriales de Saddam Huseim en Irak y de Kadaffi en Libia. La tensión de los Estados Unidos y de la Comunidad Europea se centró en tierras árabes y, al desmoronarse el Comunismo en 1989, el fundamentalismo islámico recrudeció convirtiéndose en una nueva amenaza.

Terrorista es también la organización vasca ETA, así como lo es la irlandesa IRA, en naciones tan civilizadas y antiguas como España y Gran Bretaña. La guerrilla colombiana, los secuestros, las matanzas de campesinos y civiles y los atentados contra oleoductos y plantas eléctricas son otras formas de terror que amenazan la estabilidad de los gobiernos y cuyos blancos siegan vidas inocentes. Las amenazas de detonación de explosivos se han hecho tan frecuente en las grandes ciudades, teniendo a veces que desalojar los espacios públicos para que la policía desactive los artefactos sospechosos de explotar que ya nadie se siente seguro en ninguna parte. Los medios de comunicación social nos mantienen informados y cada acto terrorista. por lejano que sea, nos produce desasosiego. El ataque estadounidense hizo que la humanidad reaccionara como un solo cuerpo, sintiendo que es necesaria la lucha para hacerle frente a tan terrible mal.

Porque no solo el terrorismo es un daño en si mismo, al destruir vidas y propiedades que no están en un campo de batalla, ni forman parte de un escenario de guerra, sino que otro factor determinante para condenarlo es el de que quienes lo promueven no ofrecen nada mejor que los sistemas que tratan de combatir, puesto que a regímenes de libertades oponen dictaduras, a los de modernismo atraso, y el progreso social y económico de las democracias contemporáneas lo quieren revertir a niveles primarios de vida, incompatibles con los adelantos de la ciencia y tecnología actuales. Al ver a esos talibanes quemar estatuas de Buda, encerrar a sus mujeres prohibiéndoles el estudio, castigar hasta la muerte a quienes profesen otros credos religiosos, los rechazamos por atrasados y en ningún momento podemos pensar que lo que ellos proponen para su gente es mejor que lo que ofrecen las sociedades desarrolladas que ellos consideran perniciosas.

El mundo civilizado tendrá que salir victorioso de esta guerra contra el terrorismo, porque no solo se trata de salvar vidas y propiedades, sino de luchar por valores que hemos tratado tanto tiempo en conquistar.

Publicado en el Carabobeño el 28-09-91