25 julio 2000

La verdad de una gran mentira



La controversia política es el libre ejercicio del juego democrático en el que los participantes son el pueblo soberano en pleno derecho de decidir la forma de gobierno de su preferencia, acordada por la mayoría de los electores que se manifiesta en las urnas de votación. Opinar, aprobar, disentir son formas de comunicación por las que se cuela la voluntad popular para expresarse tomando en cuenta la pluralidad de intereses que hay en la sociedad venezolana. El derecho a 1a información es fundamental para entender la realidad de lo que vivimos. Estar informado es hoy en día una necesidad, que podemos satisfacer con tan sólo abrir un periódico o encender la radio o la televisión en las horas de los noticieros, contando también con la tecnología más avanzada del Internet.

En época de elecciones la tensión aumenta porque suben las acusaciones y cada uno de los candidatos apuesta a ganador, con el número de simpatizantes que respaldan su oferta electoral. Los personajes más influyentes del acontecer nacional son vistos tras los micrófonos de decenas de periodistas que los acusan con prequntas, para que la colectividad que está ávida de información se entere en vivo y en directo de sus respuestas y se pueda formar una opinión. Los medios sirven el importante papel de ser instrumentos al servicio de la democracia, que se fortalece con la liberta de expresión favorecedora de la transparencia de las ejecutorias públicas.

El presidente‑candidato Hugo Chávez y sus opositores Francisco Arias Cárdenas y Claudio Fermín, más cientos de aspirantes a las gobernaciones, alcaldías y delegados a las asambleas y juntas parroquiales, acaparan la atención en estas megaelecciones, diferidas en una decisión del Tribunal Supremo de Justicia, al haberse comprobado fallas técnicas en el CNE, que no garantizaban la pulcritud de los comicios. Esa es una verdad que se evidenció, tal como habían vaticinado los observadores involucrados en el proceso. Se puso en evidencia la verdad de una eran mentira que pretendía esconder el organismo electoral. Fines ocultos, crasa ignorancia del desenvolvimiento del proceso, o incompetencia de los directivos, lo que rodea todo el caso es motivo de especulación periodística y allí están cientos de anudas analistas del acontecer nacional investigando y preguntando para aclarar la verdad de un asunto que apena a todos los venezolanos, aparte de las pérdidas materiales que produjo el bochornoso incidente.

El Fiscal General de la República, Javier Elechiguerra, reconoció en acto público que el CNE le mintió cuando sostuvo en todo momento que todo estaba listo para las elecciones del 28M. E1 electorado aún desconoce las ofertas electorales, afirman Liliana Ortega y Elías Santana, proponentes del recurso de amparo pues logró la suspensión de las elecciones. La verdad se trueca mentira cuando se la manipula, tratando de ocultar la realidad vara obtener resultados secretos. El candidato Francisco Arias Cárdenas sostiene que el verdadero culpable es el Gobierno Nacional que todo lo sabia y todo lo controla. Todos ellos juntos, con un jefe dirigiendo desde Miraflores, pretendían engañar a los venezolanos” afirma Arias. La directiva en plano debe renunciar, expresan los elementos sensatos del país que no se ciegan ante la Posición asumida por el MVR de desconocer toda culpabilidad. La decisión de última hora de Etanislan González, Argenis Riera y Eduardo Semtei, Presidente y Primer y Segundo Vicepresidente del CNE fue la más recomendable, al poner sus cargos a la orden.

Negar la verdad es el primer paso para decir una mentira, porque la verdad es la afirmación de lo cierto. En el sistema de la libre información, no se trata de que los medios mientan, sino que lo hacen quienes protagonizan los hechos noticiosos, estableciéndose en el juego de la discusión pública un combate de mentiras y verdades que se oraste a confusión, haciendo que 1a desconfianza se apodere del puebla que al fin y al cabo es el receptor de toda la información. El periodismo es una fuerza impulsadora de cambios, ya que ocultar la verdad en un país democrático como Venezuela es tan difícil como tratar de que el aire no se cuele por las rendijas de las ventanas y sólo la verdad nos hará libres. Esa es otra de las ventajas de la libertad que debemos tratar de preservar a como dé lugar, no dejándonos engañar por la manipulación de las mentiras sostenidas con el tono ramplón de la falsedad.

Falta la próxima fecha de las tan aventuradas Megaelecciones que han dejado a todo el país en suspenso, pendiente de la relegitimación de los poderes públicos. La autenticidad de las nuevas autoridades del CNE deberá tener el visto bueno de la sociedad civil y de la oposición, desencantadas de tanto engaño provocado, mientras más inconvenientes se presentan, más se acerca el partido de gobierno a un final anunciado, que ni los golpes y porrazos a los comunicadores sociales podrán esconder los errores que entraban el avance hacia una verdadera democracia. Entender la verdad no es asunto de aclarar el verdadero significado de las cosas, algo en lo que los periodistas se ocupan a diario para ofrecernos las informaciones.

Publicado en El Carabobeño el día 25-07-2000

11 julio 2000

Imágenes de Valencia



Desde la cima se otea el valle del Lago de Valencia. Era el asombro, la maravilla, la naturaleza virgen para asentar fundos y lentamente ser ciudad, comenzar a vivir, ‑ escribe Fritz Kuper como un viajero más de la población que el recorrió desde niño al lado de su padre, con los ojos bien abiertos para verla en toda su vastedad y captarla en su dimensión histórica Con cariño filial relata Kuper que su progenitor lo llevó de la mano y le transmitió el sentimiento por el terruño y uno de sus deseos permanentes de poder contar en dibujos la historia de la ciudad.

Lo que soñaron padre a hijo hoy quedó plasmado en el hermoso libro “Imágenes de Valencia”, en el que resalta la menudencia del trazo para destacar los contornos, todos realizados en plumilla, arte que domina nuestro autor como fino observador de los detalles que le dan forma a las colas, desde las naturales como las delgadas hojas de los árboles, hasta los gruesos muros de las casas coloniales hechas con piedra y arena. De solo verlas, se sienten las texturas realzadas en el claroscuro de las superficies y se hunde la mirada en las profundidades del rio Cabriales, que el pintor describe como bañado en sombras y claridades, con la maestría del que domina la pluma en blanco y negro para obtener matices que, más que verse, se adivinan en la finura de las líneas.

Para conmemorar los 50 años de la Sociedad de Amigos de Valencia, hizo posible el Alcalde Francisco Cabrera Santos, en representación de la municipalidad, el anhelo de la institución de recoger en un libro ilustrado la historia de Valencia, no como una cronología de hechos sino la representación de su paisaje y de su conformación urbana, caracterizada por ciertos elementos que la definen: el lago, el Cabriales, las casonas patrias, el Monolito y el Puente Morillo. A punta de plumilla y con breves textos recorre Fritz Kuper la ciudad del pasado y del presente, porque si muchas edificaciones fueron derrumbadas en nombre de un progreso mal entendido, otras permanecen desafiando el empuje de la urbe, que día a día crece pujante, expandiéndose hacia un futuro promisor de nuevas hazañas.

Así como los maestros de obra del pasado construyeron las edificaciones en piedra, para que vencieran el paso del tiempo, por lo que aún permanecen las vetustas casonas que fueron testigo de tantas historias, así nuestro artistas afincó la pluma en el papel para trazar los rasgos más sobresalientes de la ciudad, dejándonos para la posteridad el gusto de hojear las paginas del libro “Imágenes de Valencia” y recrearnos en su contemplación, cuando en la tranquilidad de nuestras casas sintamos la necesidad de trazar un recorrido por sus calles y recodos más queridos.

Algunas de las construcciones que aparecen en esta publicación ya no existen en el presente, porque son parte del patrimonio histórico y arquitectónico que desapareció en las horas funestas de la barbarie destructora del pasado, que pasó por tantas manos que ni siquiera se sabe quienes fueron los verdaderos culpables de acabar con pedazos de nuestra historia. Así sucedió con el Palacio Municipal que estuvo situado en la esquina de la Plaza Bolívar, “derribado en mala noche, sin justificación alguna, para devenir en árido solar”, anota Kuper al desplegar en doble pagina la majestad del viejo edificio.

Otra es la antigua avenida Camoruco con sus altísimos arboles emblemáticos, lugar por el que desfilaba la ciudad entera en una época en que las personas se desplazaban mucho más a pie que en carro, por lo que la ciudad era más sosegada y silenciosa. También desapareció el Mercado Municipal ubicado en el centro de Valencia, que nuestro autor rescata del olvido trayéndonoslo a la memoria con su fina plumilla, rememorando todo el movimiento de gente que se reunía alrededor del comercio de los alimentos. La Estación Alemana de trenes a orillas del Cabriales y la Estación del Ferrocarril inglés que el pintor dibuja con la meticulosidad del que grabó las imágenes para transmitirnos sentimientos de añoranza por tiempos pausados, en los que los viajes eran algo corriente pero se programaban con mucha anticipación, sin las premuras obligantes de hoy, sino mas bien dejando que la vida tomara su propio ritmo. En los dibujos, el pintor recrea esa atmosfera de tranquilidad tan característica de la Venezuela de principios de siglo.

Por su calidad artística y por la serie de ilustraciones que recoge, esta obra es un regalo visual para el recuerdo y el agrado de poder tener a la ciudad histórica en nuestras manos, para repasarla y recrearnos con ella en las tranquilas tardes de las nostalgias recurrentes, porque los libros tienen la virtud de ser duraderos y de estar siempre a la mano para ofrecernos el deleite de su lectura y de su contemplación.

Publicado en El Carabobeño el 11-07-2000