14 enero 2001

Navidad y Año 2000



Una vez que pasó la celebración de la Navidad con la fiesta de los Reyes Magos, comenzaron a guardarse los adornos que cuelgan de los arbolitos, lazos, flores, coronas y pinos vuelven al encierro de los armarios para que las personas retomen el ritmo cotidiano de la vida y la tiendas y quincallas guardan la mercancía navideña paca darle puesto en los estantes a las de uso corriente, retirando hasta el próximo mes de Diciembre los artificios decorativos que han hecho de esa festividad un símbolo comercial más que la conmemoración de un grandioso acontecimiento para la Cristiandad.

Las figuras del nacimiento con el hermoso Niño Jesús tendido en lecho de paja, al lado de San José y la Virgen María, son religiosamente encerradas en las cajas en las que dormirán hasta despertar 12 meses más tarde para celebrar un nuevo aniversario de la Natividad. . Han pasado 2000 años desde que el Niño Dios vino al mundo para enseñamos la lección del amor y la festividad no languidece, sino que es propicia para los regalos, la unión de las familias y la alegría de los corazones. Postrimerías de un siglo y de un milenio y principio de otro. Es el paso del tiempo que transcurre arrastrándonos hacia un devenir cuyo significado la Navidad glorifica como un alumbramiento.

Muchos sucesos ocurrieron en este transcurrir de la historia y la humanidad sigue su paso ascendente hacia el porvenir. Los que tuvimos la fortuna de presenciar el cambio trascendental de este fin de milenio, no pudimos dejar de comentar lo lejano que nos parecía años atrás la fecha a la que acabamos de arribar y, sin embargo, aquí estamos situados ante nuestra propia realidad, mucho más conscientes ahora que antes de un universo en continua transformación que se expande hacia el infinito, en el cual nosotros somos sólo una ínfima partícula que tan pronto aparecemos como desaparecemos, chispas encendidas de un mundo que late al compás del sentir colectivo.

Los fanáticos de todas las épocas vaticinaban que la tierra se acabaría antes del año 2000. Catástrofes naturales, lluvia, fuego, guerras y enfermedades arrasarían con todo vestigio de vida en el planeta. Era el castigo divino por los pecados de los hombres, tal como ocurrió con el diluvio universal en el principio de los tiempos bíblicos. Nada de eso ocurrió a nivel planetario, pero sí múltiples desgracias asolaron la tierra en uno y otro rincón de la geografía, los años pasaron con su recuento de hechos conmovedores unos, trágicos otros, nacimientos, muertes, surgimiento de nuevos liderazgos, presidentes destituidos y electos, acuerdos y convenios internacionales, sucesos que entraron a formar parte de la cronología de la historia y de los cambios que son la consecuencia espontánea de las acciones humanas y de los movimientos geológicos.

En Venezuela se produjo un viraje en el modelo político impuesto por el presidente Hugo Chávez. Tres elecciones posteriores a la de su ascenso a Miraflores consolidaron su mandato constitucional en el año que acaba de concluir y una más está por afianzarlo en los próximos meses, comicios pospuestos obligatoriamente por causa de las pérdidas que tuvo la nación con las inundaciones del estado Vargas. Por obra y gracia de la Constitución que él impuso, nuestro país pasó a llamarse República Bolivariana de Venezuela y los militares entraron a formar parte de los cenáculos del poder constituido. El cambio de nombre es más bien perjudicial para el país, puesto que el sentimiento bolivariano lo llevamos por dentro y los gastos que va a ocasionar el capricho del Presidente los tendremos que pagar todos con mayor empobrecimiento y más trabas burocráticas. La arbitrariedad que es enemiga de la legalidad parece ser la conducta dominante del nuevo gobierno, lo que nos hace pensar que vamos a tener más de lo mismo y el pueblo va a seguir transitando por la descomposición social.

La Navidad entre nosotros este año estuvo opacada por la tristeza de lo ocurrido en el litoral central. Atribuir a la ira divina la tragedia de las inundaciones que acabaron con tantas vidas, casas y bienes, desalojando a miles de personas de sus hogares, sería creer que la imposición de un castigo tremendo cayó sobre quienes no lo merecían, pobres victimas del desorden urbanístico que desde hace mucho tiempo ha violado todas las normas de planificación, construyendo en los cerros, pendientes y cauces de agua, sobrepoblando los terrenos y abusando del medio ambiente. Dios no puede, en ningún caso, ser tan injusto con quienes no han sido los culpables de tales desatinos. Pero si de algo estamos ciertos es que el triunfo del SI que aprobó la Constitución Bolivariana el 15 de Diciembre pasado, fue opacado por la magnitud de la tragedia El presidente Chávez se vistió de luto al anunciar la victoria y la alegría que pudo haber sentido se convirtió en un grito de llanto y dolor. Retar a la naturaleza suele ser peligroso si la soberbia domina la pasión del mando.

Publicado en El Carabobeño el día 14-01-2001

03 enero 2001

Resistencia Civil


La abstención de las tres cuartas partes de la población venezolana, un 78% de las elecciones municipales y el 90% en el referendo sindical, incluido arbitrariamente en el círculo constituyente que el Presidente Chávez impuso a los venezolanos para satisfacer su proceso revolucionario que, según hemos ido viendo, tiene la ideología marxista-leninista y está ligado al Foro de Sao Paulo fundado por Fidel Castro para tomar el poder en buena parte de América Latina, es indicativo de que el pueblo ya se cansó de tanta política y lo que quiere es trabajar y vivir en paz con seguridad personal.  Sustituir un sistema democrático, con muchas fallas pero garante de la libertad y de las oportunidades individuales, para sustituirlo por un colectivismo social que ha demostrado producir sólo atraso y miseria,  es un delirio tercermundista que repudiamos.

Una vez más, el pueblo demostró con su conducta cívica el rechazo a que se le continúe manipulando para satisfacer aspiraciones personalistas, lo que empañó la consulta municipal que en otras circunstancias hubiera tenido mayor participación del electorado.  Asimismo, la posición asumida por algunos gremios de protestar ciertas actuaciones del Gobierno Nacional, cuando son violatorias de la Constitución o contradicen los principios democráticos, son ejemplarizantes porque muestran cohesión para defender sus intereses, que se ven perjudicados por un estilo de gobierno agresivo contra todo lo que signifique crítica o desacuerdo con las políticas oficiales.

Así la Federación Médica Venezolana, en boca de su  presidente, el Dr. Jesús Méndez Quijada, expresó la opinión general de los médicos del país, quienes rechazan la traída de galenos cubanos o de otras nacionalidades para incorporarlos a los hospitales públicos y medicaturas rurales, porque en Venezuela hay suficientes profesionales de la salud que estarían dispuestos a radicarse en el interior para ejercer su vocación, siempre y cuando el Estado dote los centros asistenciales adecuadamente y les pague salarios justos.  Manifestó también que llevar los pacientes venezolanos a Cuba como proyecto del Ministerio de la Salud es otra aberración, puesto que considera que la infraestructura de los hospitales de la isla antillana no es mejor que la nuestra.  Pese a la protesta de la Federación Médica, sorprende un aviso a página completa pagado por el Ministerio de la Secretaría de la Presidencia de la República de Venezuela, anunciando que “46 venezolanos recibirán atención médico-quirúrgica en Cuba”.

El gremio de los trabajadores petroleros, liderizados por Carlos Ortega en Fedepetrol, se unió para defender su derecho al trabajo y la remuneración de los contratos que no había sido cancelada, teniendo el gobierno que agachar la cabeza para que la industria petrolera no se paralizara.  El Secretario General de la TV,  Carlos Navarro, llamó a la abstención  en el referendo sindical del 3 de Diciembre, declarando que introdujeron todos los recursos legales ante los órganos judiciales nacionales e internacionales porque la consulta violó la libertad sindical.

Otro gremio que está haciendo denuncias valientes es el de los ganaderos, a la cabeza de su presidente José Luis Betancourt, quien ha emprendido una campaña para denunciar la penetración de la guerrilla colombiana en nuestro territorio, con toda su secuela de extorsiones, secuestros y matanzas, actuando como un estado paralelo en la frontera.  Muchas fincas han sido abandonadas por miedo a la guerrilla, lo que ha traído más desolación al campo venezolano, más hambre y pobreza.  Los representantes de diversas asociaciones de colegios privados se oponen también a las políticas gubernamentales que tratan de cubanizar la educación, a la vez que solicitan la nulidad del decreto 1011 por considerarlo intervencionista y calificarlo como perverso.

No es con discursos violentos al estilo del dictador cubano Fidel Castro, a quien el presidente Chávez tanta admira, como va a resolverse la conflictividad social venezolana, sino convocando la unidad nacional y poniendo fe en las reservas morales de nuestro pueblo.  Se siente en el líder de la revolución mal llamada “bolivariana” un lenguaje intemperante contra su propia gente, que descalifica a los médicos venezolanos y los servicios que se prestan en nuestros hospitales y tilda de subordinados a los periodistas y “oligarcas” a los propietarios de medios de comunicación que osan hacer objeciones a sus políticas.  Ahora la arremetió también contra la prensa colombiana que reveló sus vínculos con la guerrilla de ese país. Según denuncias de algunos analistas políticos muy bien fundamentadas, el propósito es ponernos a pelear con la hermana República con el fin de desestabilizar el sistema y de esa manera tomar mayor control sobre las naciones latinoamericanas, plan orquestado por el tirano Fidel en las reuniones del Foro de Sao Paulo.

La cohesión social debe manifestarse ejerciendo las presiones necesarias para que el gobierno cumpla sus compromisos y expresando las críticas con el propósito de que se hagan los correctivos.  Un pueblo pacato es presa fácil de los regímenes autoritarios que envanecen la figura del caudillo con halagos inmerecidos que en nada ayudan al fortalecimiento de una patria digna.  Se impone la resistencia civil para defender los intereses de las asociaciones y gremios organizados y el reclamo de la legalidad es imperativo, si queremos continuar por la senda democrática.  Lo otro sería caer en una dictadura "comunistoide" que, sinceramente hablando, no nos merecemos.

Valencia, publicado en “El Carabobeño” el 03-01-2001