La abstención de las tres cuartas partes de la población venezolana, un 78% de las elecciones municipales y el 90% en el referendo sindical, incluido arbitrariamente en el círculo constituyente que el Presidente Chávez impuso a los venezolanos para satisfacer su proceso revolucionario que, según hemos ido viendo, tiene la ideología marxista-leninista y está ligado al Foro de Sao Paulo fundado por Fidel Castro para tomar el poder en buena parte de América Latina, es indicativo de que el pueblo ya se cansó de tanta política y lo que quiere es trabajar y vivir en paz con seguridad personal. Sustituir un sistema democrático, con muchas fallas pero garante de la libertad y de las oportunidades individuales, para sustituirlo por un colectivismo social que ha demostrado producir sólo atraso y miseria, es un delirio tercermundista que repudiamos.
Una vez más, el pueblo demostró con su conducta cívica el rechazo a que se le continúe manipulando para satisfacer aspiraciones personalistas, lo que empañó la consulta municipal que en otras circunstancias hubiera tenido mayor participación del electorado. Asimismo, la posición asumida por algunos gremios de protestar ciertas actuaciones del Gobierno Nacional, cuando son violatorias de la Constitución o contradicen los principios democráticos, son ejemplarizantes porque muestran cohesión para defender sus intereses, que se ven perjudicados por un estilo de gobierno agresivo contra todo lo que signifique crítica o desacuerdo con las políticas oficiales.
Así la Federación Médica Venezolana, en boca de su presidente, el Dr. Jesús Méndez Quijada, expresó la opinión general de los médicos del país, quienes rechazan la traída de galenos cubanos o de otras nacionalidades para incorporarlos a los hospitales públicos y medicaturas rurales, porque en Venezuela hay suficientes profesionales de la salud que estarían dispuestos a radicarse en el interior para ejercer su vocación, siempre y cuando el Estado dote los centros asistenciales adecuadamente y les pague salarios justos. Manifestó también que llevar los pacientes venezolanos a Cuba como proyecto del Ministerio de la Salud es otra aberración, puesto que considera que la infraestructura de los hospitales de la isla antillana no es mejor que la nuestra. Pese a la protesta de la Federación Médica, sorprende un aviso a página completa pagado por el Ministerio de la Secretaría de la Presidencia de la República de Venezuela, anunciando que “46 venezolanos recibirán atención médico-quirúrgica en Cuba”.
El gremio de los trabajadores petroleros, liderizados por Carlos Ortega en Fedepetrol, se unió para defender su derecho al trabajo y la remuneración de los contratos que no había sido cancelada, teniendo el gobierno que agachar la cabeza para que la industria petrolera no se paralizara. El Secretario General de la TV, Carlos Navarro, llamó a la abstención en el referendo sindical del 3 de Diciembre, declarando que introdujeron todos los recursos legales ante los órganos judiciales nacionales e internacionales porque la consulta violó la libertad sindical.
Otro gremio que está haciendo denuncias valientes es el de los ganaderos, a la cabeza de su presidente José Luis Betancourt, quien ha emprendido una campaña para denunciar la penetración de la guerrilla colombiana en nuestro territorio, con toda su secuela de extorsiones, secuestros y matanzas, actuando como un estado paralelo en la frontera. Muchas fincas han sido abandonadas por miedo a la guerrilla, lo que ha traído más desolación al campo venezolano, más hambre y pobreza. Los representantes de diversas asociaciones de colegios privados se oponen también a las políticas gubernamentales que tratan de cubanizar la educación, a la vez que solicitan la nulidad del decreto 1011 por considerarlo intervencionista y calificarlo como perverso.
No es con discursos violentos al estilo del dictador cubano Fidel Castro, a quien el presidente Chávez tanta admira, como va a resolverse la conflictividad social venezolana, sino convocando la unidad nacional y poniendo fe en las reservas morales de nuestro pueblo. Se siente en el líder de la revolución mal llamada “bolivariana” un lenguaje intemperante contra su propia gente, que descalifica a los médicos venezolanos y los servicios que se prestan en nuestros hospitales y tilda de subordinados a los periodistas y “oligarcas” a los propietarios de medios de comunicación que osan hacer objeciones a sus políticas. Ahora la arremetió también contra la prensa colombiana que reveló sus vínculos con la guerrilla de ese país. Según denuncias de algunos analistas políticos muy bien fundamentadas, el propósito es ponernos a pelear con la hermana República con el fin de desestabilizar el sistema y de esa manera tomar mayor control sobre las naciones latinoamericanas, plan orquestado por el tirano Fidel en las reuniones del Foro de Sao Paulo.
La cohesión social debe manifestarse ejerciendo las presiones necesarias para que el gobierno cumpla sus compromisos y expresando las críticas con el propósito de que se hagan los correctivos. Un pueblo pacato es presa fácil de los regímenes autoritarios que envanecen la figura del caudillo con halagos inmerecidos que en nada ayudan al fortalecimiento de una patria digna. Se impone la resistencia civil para defender los intereses de las asociaciones y gremios organizados y el reclamo de la legalidad es imperativo, si queremos continuar por la senda democrática. Lo otro sería caer en una dictadura "comunistoide" que, sinceramente hablando, no nos merecemos.
Valencia, publicado en “El Carabobeño” el 03-01-2001
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