El alto costo de la vida es por lo tanto tema de preocupación de las personas que salen a comprar los artículos de primera necesidad, preguntándose con ciertos niveles de angustia si habrán subido los precios, puesto que desde cierto tiempo atrás hasta hoy van en ascenso. Los economistas estiman que los índices de inflación en el 2018 están por el orden de los l0 mil ó 16 mil por ciento. A todas éstas, el Banco Central se ha prestado a jugar con el bolívar como le da la gana al alto gobierno encabezado por Nicolás Maduro. En el año 2008 hubo un cambio del cono monetario al que los venezolanos nos adaptamos con normalidad. En Enero del 2017 comenzó a circular uno nuevo, saliendo a la calle los billetes de 500, 1.000, 5.000, l0.000 y 20.000, en medio de una gran confusión por la forma desordenada en que se hizo. Ahora nos acaban de anunciar el inicio de la reconversión monetaria con el Nuevo Bolívar Soberano para el próximo 04 de Junio, implicando la supresión de tres ceros de la moneda actual, con lo que mil bolívares pasarán a ser un Bolívar Soberano.
El comunismo lacerante que impulsa la política dirigida por Nicolás Maduro, copiada del modelo cubano fidelista por su antecesor y mentor Hugo Chávez desde 1998, comenzó por atacar a la empresa privada, expropiando fábricas productivas, confiscando bienes de capital, cerrando negocios rentables y favoreciendo la importación en desmedro de la producción nacional. Fedecámaras y Consecomercio aseguran que de 800 mil empresas y negocios que había en el país en 1998 hoy no llegan a los 200 mil. La corrupción también se vio favorecida en las aduanas con el cobro arbitrario de las tasas arancelarias y la estampida de los dólares preferenciales.
Ni los aumentos de salario a los trabajadores que año tras año decreta el gobierno para, según él, compensar el costo de la vida, ni la entrega de las bolsas CLAP, ni mucho menos el Carnet de la Patria, han servido para detener la hiperinflación que devora los sueldos, sino que por el contrario ha bajado la producción nacional, aumentado el descontento de la población, se han alargado las colas para comprar, así como se han elevado los índices de pobreza. A todas éstas nos queda la potestad, mientras se pueda, de controlar los gastos para que la economía del bolívar fuerte no nos devore las débiles monedas con las que cada uno de nosotros contamos.
Valencia, 09 de Mayo de 2018.
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