12 noviembre 2018

El ideal bolivariano del poder moral



Una de las proclamas más memorables de nuestro Libertador Simón Bolívar en el Discurso de Angostura, el 15 de Febrero de 1819,  fue la sentencia “Moral y Luces son nuestras primeras necesidades”,  exaltando el imperio de la virtud con un llamado a los políticos a ser probos e ilustrados, dejando ver la importancia de incluir en la  Ley el Poder Moral, con la fe puesta en la educación, concepto tan alto para él como la libertad y la defensa de las garantías sociales.  Mucho se esforzaron nuestros héroes patrios en legarnos los ideales por los cuales lucharon hasta lograr la Independencia.  Enfatizado en la Constitución  vigente de 1999, - la No. 23 desde la consolidación de la República en 1830 -  en el Capítulo IV del Poder Ciudadano se establece que los órganos que ejercen ese Poder  “tienen a su cargo prevenir, investigar y sancionar los hechos que atenten contra la ética pública y la moral administrativa, velar por la buena gestión y la legalidad en el uso del patrimonio público e igualmente promover la educación como proceso creador de la ciudadanía, así como la solidaridad, la libertad, la democracia, la responsabilidad social y el trabajo”.

Desde los acontecimientos  del 19 de Abril de 1810, luego de librar las gloriosas batallas a favor de la Independencia, seguido de los sucesos de 1830 cuando nació la República de Venezuela bajo la jefatura de José Antonio Páez, hasta el actual mandatario Nicolás Maduro en el 2018,  hemos tenido una treintena de Presidentes de Estado, algunos de ellos electos en comicios libres, otros producto de golpes de estado, guerras internas, conspiraciones políticas, revoluciones, caudillismo y traiciones consumadas en detrimento de la estabilidad de la Nación que hasta el presente no ha logrado el ideal bolivariano de la Moral Pública, haciendo que la mayoría de los venezolanos desconfíen de las autoridades al no ver reflejadas en ellas esa virtudes enaltecidas en el Poder Moral. De tal manera que no se compagina esa disposición constitucional de las virtudes republicanas, inspirada en el ideal bolivariano, con la realidad nacional de los gobiernos que han regido a la Nación, democráticos unos y tiránicos otros que en su gran mayoría, lejos de cumplir esos preceptos, los infringen, en detrimento de una sociedad confundida por el abuso de poder, el clientelismo político, el fraude y la corrupción.

Las 23 Constituciones promulgadas desde 1830 hasta la actual de 1999, sumada a  la  ya redactada por la  ilegítima Asamblea Nacional Constituyente para entrar  en vigencia, si el proceso del fraude consumado sigue su curso, ponen de manifiesto el afán de dominio público que ha caracterizado a muchos de nuestros gobernantes, disimulando con leyes dictadas a su conveniencia el deseo de perpetuarse en el poder. No es de extrañar, entonces, la indisciplina social característica de nuestro pueblo, acostumbrados unos a no cumplir las leyes, otros a violar las normas de conducta social, a cometer fechorías, robos y secuestros. Así como tampoco son extrañas las desigualdades sociales y económicas de una población  dispar en la educación, en la moral republicana y en los valores democráticos. Ciudadanos de proba conducta, cultos, de buena posición económica y social, de solvencia moral, conviven en un mismo país con ciudadanos incultos, que viven en la mayor pobreza  en barrios marginales de aceras y calles rotas,  viviendas y servicios públicos  precarios.


Valencia, 12 de Noviembre del 2018. 

02 noviembre 2018

La crisis de los servicios públicos



Los reclamos son por fallas eléctricas que se repiten  a lo largo y ancho de  los estados  y municipios del país,  la contaminación del agua potable y el deficiente suministro del vital líquido a través de las tuberías, falta de combustible para los vehículos, escasez de gas doméstico, el deterioro de los hospitales, la falta de medicinas, las deficiencias de los servicios públicos, particularmente los de salud, la poca disponibilidad de dinero en efectivo, la hiperinflación,  el pésimo transporte público,  la inseguridad, asuntos vitales que demandamos a diario en un país sumergido en una crisis gubernamental de gran magnitud, sin que el Estado asuma la  irresponsabilidad por haber llevado a la población a un punto de no retorno, de seguir con la  política  enmarcada en el denominado “Plan de la Patria”, o Socialismo Revolucionario del siglo XXI, sistema fracasado por su inoperatividad bajo el oscuro amparo de la corrupción, la ineficiencia y el descarado cinismo gubernamental,  indiferente al malestar general de la ciudadanía sumida en la incertidumbre de hasta cuando tendrá que seguir soportando tanto malestar.

La emergencia eléctrica decretada por Chávez  le costó al país miles de millones de dólares.  Una cifra superior a la inversión total realizada durante los 40 años de la IV República que, de hecho, es la obra eléctrica que aún genera la mayor parte de energía que consume Venezuela. La corrupción  creció en el actual gobierno con la adjudicación de contratos bajo la absoluta impunidad del sistema judicial venezolano, comenzando los ministros y altos funcionarios de Energía Eléctrica por abrir cuentas en paraísos fiscales, adjudicar contratos, dar comisiones, registro de compañías, transacciones económicas ilegales, venta de bonos, cobro de honorarios por asesoría, blanqueo de capitales y otros ilícitos ampliamente reseñados nacional e internacionalmente.

La CANTV presenta fallas en sus plataformas, dejando a miles de usuarios sin el servicio telefónico y, por ende, también sin Internet, lo que representa un serio problema para las comunicaciones en un mundo globalizado, en el que la información es de vital importancia, particularmente cuando decenas de medios impresos han tenido que cerrar por falta de papel y los canales de la televisión  nacional  fueron estatizados, aplicando la censura oficial al periodismo libre. La Federación Médica reporta que los hospitales están funcionando con un mínimo porcentaje de los medicamentos, equipos e insumos requeridos.  Las colas de las personas al  frente de las paradas de autobuses dan pena ajena, por el cansancio de la población para ir o salir del trabajo y llegar a casa.  Igual de penosas son las colas al frente de las entidades bancarias para cobrar la pensión o retirar algo de efectivo.

El sistema hídrico es uno de los problemas ambientales más graves que tenemos que soportar los millones de habitantes que nos surtimos de los cuerpos de agua que abastecen las plantas de abastecimiento en los principales estados del país, fuertemente contaminadas por las aguas residuales no tratadas, dándose el caso que la misma fuente de donde se toma el agua para potabilizar es receptora de las aguas negras.  La represa del Gurí, al igual que el Sistema Regional del Centro,  presenta fallas por la falta de mantenimiento e inversión que están afectando por igual a todos los servicios públicos en Venezuela. No se trata de hacer oposición a ultranza, se trata más bien de tratar de reconstruir nuestro país tomando conciencia de los males que lo afectan,  bien común por el que vale la pena luchar con pasión venezolanista.

Valencia, 02 de Noviembre del 2018.