La pobreza, la falta
de oportunidades, el hambre, la inseguridad, son factores que se han
agudizado en los países tercermundistas de América Latina, África y Asia,
sometidos algunos a dictaduras opresoras y otros a gobiernos de extrema
izquierda con una visión centralista de control económico, restricción de la
libertad y los derechos humanos. Emigrar o buscar asilo político es una
alternativa riesgosa, pero una vez superada, permite abrir alternativas
de progreso social y trabajo. Al menos eso es lo que aspiran
quienes deciden emigrar.
La emigración no es un
factor propio de nuestro tiempo, puesto que desde la Antigüedad el ser humano
se ha estado moviendo en busca de nuevas tierras, tribus de diferentes razas se
han desplazado a lo largo de los siglos para conquistar otros espacios.
Pero es claro que las guerras y las dictaduras activan la emigración, tal como
sucedió en Europa durante la I y la II Guerras Mundiales.
Nuestro tiempo, no
obstante, está bastante alterado por la masiva emigración de personas.
Para arribar a Europa, miles de asiáticos y africanos arriesgan sus vidas en el
Mediterráneo, lo que se ha convertido en una verdadera crisis migratoria para
la Unión Europea, puesto que no todos los gobiernos de los 28 estados
comunitarios que la conforman están dispuestos a acogerlos, alegando
problemas económicos y de inseguridad. De ellos sólo 6: Alemania,
Francia, Rumania, Portugal, España y Luxemburgo defienden el mecanismo de
distribución de los migrantes en el continente por causas humanitarias.
En los Estados Unidos,
la afluencia de centroamericanos y mexicanos es tan intensa que el presidente
Donald Trump propuso como prioridad de su gobierno la construcción de un muro
en la frontera con México, proyecto que no ha logrado realizar por el alto
costo que representa y por la objeción de algunos legisladores. Las
caravanas de hispanos tratando de entrar a USA son tan numerosas que para
algunos “blancos supremacistas” son una invasión, o una amenaza, tal como
lo dejó escrito en un cartel el joven de 21 años Patrick Crusius, armado con un
rifle con el que comenzó a disparar hasta acabar con la vida de 22 clientes en
la tienda Walmart, en la población de El Paso, Texas, hasta morir tiroteado por
la policía el pasado sábado 3 de agosto.
De Venezuela han
emigrado unos 4 millones de personas hacia España, Portugal, Estados Unidos,
Brasil, Colombia, Chile, Perú y Ecuador en busca de trabajo y
bienestar social. Proceso de movilización humana hasta tanto no se
produzca el tan anhelado cambio de gobierno para recuperar la democracia.
El presidente interino Juan Guaidó declaró recientemente que, de no ser así, el
número de emigrantes se duplicará en los próximos años.
Conociendo las razones
que mueven a millones de personas a emigrar para buscar asilo en naciones de
mayor desarrollo, algunos expertos insisten en la necesidad de implementar
planes de ayuda extranjera, ampliando los canales de ayuda humanitaria y los
mercados de exportación hacia las naciones más deprimidas, implementar la
seguridad y la aplicación de la ley, imponer las sanciones económicas y
diplomáticas, extender las medidas penales para someter a los narcotraficantes,
terroristas, criminales, dictadores corruptos que atentan contra la seguridad
internacional, convirtiéndose en un grave problema para la paz mundial.
Rochester, 17 de Agosto del 2019.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario