17 febrero 1996

El Papa peregrino



Con ocasión de la visita del Papa Juan Pablo II a Venezuela, el próximo 9 al 11 de febrero, es oportuno un comentario acerca de sus dos recientes libros “Cruzando el Umbral de la Esperanza” y “queridísimos jóvenes”, dirigidos ambos al anuncio de una nueva Evangelización que el Papa proclama en sus múltiples viajes a diferentes puntos de la tierra. Peregrino infatigable, es la segunda vez que el Papa Juan Pablo II nos visita, en esta ocasión para inaugurar el Santuario de Nuestra Señora de Coromoto, en Guanare. Es un honor para nuestro país recibir al más alto dignatario de la Iglesia Católica y motivo más que suficiente para avivar en nosotros los preceptos de la fe cristiana.

La misión de este hombre singular en las postrimerías del s. XX es de un valor moral básico, puesto que el “Amaos los unos a los otros” es el mandamiento milagroso en su máxima sencillez para resolver los conflictos humanos. Su Santidad Juan Pablo II recorre el mundo entero llevando el mensaje puro del amor fraterno, de la Paz entre los pueblos y de la justicia social, enfocados bajo la doctrine de la iglesia y del humanismo cristiano. Cuando al Papa habla de la Nueva Evangelización invita a quienes lo escuchan a una búsqueda sincera de Dios y a una recta intención en los actos de la vida diaria, tratando de que el ser humano se perfeccione desde lo interno. En nuestras días la Iglesia tiene un papel activo, tanto en las comunidades como en procura de la renovación del ser interior de cada hombre, no solamente desde el punto de vista religioso, sino también moral. En este sentido la Iglesia Católica es ecuménica, porque sus postulados son universales y tratan de llegar a lo más profundo del hombre, para que este se perfeccione en su tránsito temporal por la tierra.

Las páginas del libro “Cruzando al Umbral de la Esperanza” están basadas en una entrevista que con su puño y letra escribió el Papa para contestar una serie de preguntas que le hiciera el editor italiano Vittorio Nassori. En el prólogo comenta el editor que el Papa escribe personalmente cada homilía, cada explicación directa del Evangelio en cada misa que el celebra. El libro “Queridísimos jóvenes” es una proposición a la juventud para un mejor porvenir. “A vosotros, jóvenes, os pertenece el futuro”. A las puertas del tercer milenio, el Papa se adelanta con un mensaje de optimismo para la que habrá de venir y deposita su confianza en las nuevas generaciones enriqueciéndolas con la palabra de Dios.

Son muchas las interrogantes que se abren ante los insondables misterios de la vida religiosa, esa pregunta inquietante que nos hacemos continuamente, “que somos”, “para que vivimos”, “hacia donde vamos”. La Iglesia milenaria las estudia en profundidad y a través de esa búsqueda tiene respuestas sólo satisfacen aquellas que tiene fe. La fe es un don de Dios con el que se nace o bien se adquiere por medio de las lecturas bíblicas y de la meditación. El papel de la Iglesia ha sido siempre tratar de llevar ese contenido religioso a todos los hombres. Unos creen y otros no alcanzan nunca a comprender esos misterios. Lo importante de la Iglesia en el mundo y entre ellas la católica es esa prédica constante hacia la perfección del hombre por medio de las virtudes, de la fe, la esperanza, la caridad. En esta próxima visita papal, el mensaje es “Despierta, reacciona, es el momento”.

Un capítulo de una de las publicaciones aludidas habla sobre la filosofía de Kant en cuanto a la naturaleza del hombre, refiriéndose a que este se conoce como un ser ético, capaz de actuar según los criterios del bien y del mal y no solamente según la utilidad y el placer. Se reconoce también asimismo como un ser religioso, capaz de ponerse en contacto con Dios, citan las líneas del mencionado texto.

A través de la renovación interior es como el hombre se perfecciona. Difícil para nosotros entender esto cuando vemos tanta miseria a nuestro alrededor, tanta injusticia, tanta opresión. “Por que si Dios es Amor, entonces porque hay tanto mal?” es una de las preguntas claves en el libro. La respuesta del Papa es que Dios ha creado al hombre racional y libre y por eso mismo se ha sometido a su juicio. El cristianismo es una reli­gión renovadora en el perdón de los pecados y en el arrepentimiento. Deja al libre albedrío la senda a seguir.

La Iglesia Católica, a partir del Concilio Vaticano II que proclamara ese gran patriarca que fue Juan XXIII, dejó a un lado la posición dogmática y perseguidora del hombre, dándole paso a la libertad individual y a la apertura hacia en otras religiones, particularmente abrazando las diversas corrientes del Cristianismo, siempre y cuando se dirijan hacia una búsqueda sincera de Dios y tengan una sana intención. La visita del Papa en estos momentos de crisis puede interpretarse de diversas maneras, según la óptica con que se mire. En este Apóstol de Cristo no debemos ver a un líder político que viene a lanzar una Cortina de humo para opacar tantos problemas, aunque en el fondo muchos dicen que esa podría ser la intención del gobierno del presidente Caldera al extenderle la invitación. Desde el punto de vista político y de gobierno, eso es posible. La visita del Papa, no obstante, es una invitación a pensar en cuestiones más profundas y por ello es positiva. Sea Ud. bienvenida, Su Santidad.

Publicado en El Carabobeño el 7‑02‑96

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