Los árboles en la ciudad cumplen básicamente una función ornamental v purificadora del ambiente, embelleciendo la naturaleza con sus vistosos follajes ondeando al viento, hojas, flores, frutos, espigas y sus varias ramificaciones que enriquecen la tierra, dan sombra y ponen notas de armonía que recrean la vista y suavizan la temperatura. Bien plantados, los árboles son uno de los elementos vitales en la relación del hombre con el medio ambiente. Hay árboles emblemáticos que dan su nombre a avenidas y urbanizaciones, como Las Acacias en nuestra ciudad de Valencia y las calles de una zona del Trigal que se llaman Los Mijaos Los Pilones, Los Cañafistolos y años atrás a una amplia cava de la Avenida Bolívar se la denominaba Los Camorucos, por estar ese árbol de gran porte sembrado a todo lo largo de ella.
Venezuela es rica en variedades arbóreas, unas dan flores‑ otras frutos comestibles, madera, resinas, semillas con diferentes propiedades, hojas que con su follaje forman, extensas copas de diferentes tomas: Paraguas, pirámide, redonda. Los árboles que se siembran en las calles y avenidas de la ciudad deben tener ciertas características especiales. No deben ser demasiado altos, puesto que el espacio no es tan amplio, por lo que un máximo de 8 a 10 metros es recomendable, evitando así que sus raíces se enreden en los cables y postes de la calle. No deben sembrarse árboles frutales en lugares encementados, puestos que los muchachos les tiran piedras para coger los frutos y estos, al caer, ensucian el pavimento. Asimismo, deben sembrarse especies de follaje perenne o al menos anual, para que no echen mucha basura al piso. Igualmente, árboles con el sistema radicular profundo para que las raíces busquen sus nutrientes en la tierra, sin tener que levantar el pavimento, cuando estos se encierran en pequeños huecos rodeadas de cemento. No se les deben pintar los troncos, parque no hay ninguna justificación para ello, ni mucho ufanos clavarlos con letreros y avisos.
Otro aspecto importante que debe Contarse en cuenta a la hora de sembrar árboles en la ciudad es que deben escogerse variedades resistentes a 1a segura, de poco mantenimiento v de interno follaje, para que provean de sombra y fiasco los espacios de por si contaminados por los gases de los vehículos y loe residuos industriales. Los árboles deben crecer de forma natural y en este caso cabe alertar que en Valencia, y quizás en otras ciudades de Venezuela, se está abusando de la siembra del árbol “Ficus Benjamina” y “Fícus Laurel” calles y avenidas; Podándolo a menudo para que no alcance el gran crecimiento que desarrolla dándoles formas redondeadas v cuadradas que le hacen perder su belleza original y, sobre todo, se pierde la vistosidad del follaje. En un principio era muy lindo ver tantos ‑Ficus” redonditos, pero creo que se está exagerando con la siembra de esta especie. Todos estos aspectos deberían tomarlo en cuenta constructores, urbanistas, paisajistas. Arquitectos e ingenieros municipales para los futuros desarrollos, porque la ciudad es más o menos hermosa según lo sean también sus creas verdes v su naturaleza.
Que falta nos hacen las Jornadas Ambientales, tal cauto la que organizó el club de Jardinería Carabobo “Margarita Stelling”, junto con IAM CORENA, el año pasado, en les que se trataron indos estos temas de “Valencia y sus Zonas Verdes” con amplitud cae conocimientos y personas calificadas. Otras jornadas interesantes realizadas en años anteriores fueron las de la Fundación Ambiental “Francisco Tamayo”. El conocimiento de los árboles y su debido mantenimiento evitaría esas horribles mutilaciones de sus minas y troncos que efectúan los macheteros que envía CADAFE y los Concejos Municipales cuando, por causas ya enumeradas de haber sido plantados en sitios estrechos, tropiezan con los muros o cables de la calle, rompen tuberías o levantan aceras, porque simplemente, cuando se sembraron no se pensó a futuro, ni se escogieron los árboles adecuados para determinados espacios. La arboleda de una ciudad debe estar en armonía con el medio ambiente, debe contribuir junto con los otros elementos naturales a la calidad de vida de los habitantes de la urbe.
Los Concejos Municipales deberían rescatar aquellos viveros especializados en variedades autóctonas propias para nuestras ciudades o, en todo caso, contratar con viveros especializados. Deberían tener personal capacitado mi poda y mantenimiento de áreas verdes. El anterior IAM CORENA, hoy convertido en IMA, deberla vigilar que se cumplan las leyes del ambiente, para que nuestra ciudad recobre el verdor de épocas pasadas, fresca y hermosa en su naturaleza tropical.
Publicado en El Carabobeño el 05-07-96
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