La descomunal cabeza del poeta inmortalizada en acrílico, colocada en alta pedestal domina el espacio circundante, evocando su nombre los versos mas sentidos del alma venezolana. Si bien la plaza fue construida cuando se hizo la urbanización, a finales de la década de los 50 en lo que fuera la entrada de la hacienda del Dr. Lorenzo Araujo, fue en los primeros años de los 70 que el alcalde luan Vicente Seijas se preocupó por darle mayor vistosidad al lugar, al que visitaba frecuentemente para dirigir personalmente los trabajos de reconstrucción y mantenimiento encargando su diseño al arquitecto Pedro Mateo quien concibió el proyecto circular con la fuente y los bancos en línea ondulante que conducen a un patio en el que hay un pequeño parque infantil.
El piso de ladrillos y la sombra de los árboles de mango complementan la armonía del diseño ideado para hacer de ese lugar un sitio de solaz. A ambos lados de la plaza están sendos centros comerciales, al frente la avenida y atrás la urbanización Santa Cecilia que abre a su vez paso hacia Agua Blanca y el Valle de Camoruco, aliviando el tránsito hacia el oeste de la ciudad.
La placa grabada en el pedestal de la estatua de Andrés Eloy Blanco atestigua el homenaje que le rindió el Concejo Municipal de Valencia en el año 1974. Se debe al escultor Luis Cardona Villegas la autoría de la obra, correspondiéndole al alcalde Seijas y a la actual presidenta de la AVAP Elba Delgado Olivares la decisión de ponerla en ese lugar, dejando que el hálito del poeta cubra finamente la atmosfera con su perenne evocación. Desde que se creó la asociación de vecinos en 1984 se han celebrado misas de aguinaldo bajo la luz de las estrellas y las fiestas en homenaje a la patrona de les músicos Santa Cecilia y a Andrés Eloy Blanco, han animado la convivencia vecinal.
El lugar ofrece un magnifico espacio para la reunión de actos de la comunidad, al conjugar diseño arquitectónico con la naturaleza y la vitalidad de un punto céntrico de la ciudad. La asociación de vecinos así lo ha entendido y desde hace muchos años, cuando la primera presidenta Sra. Flor de Pérez Barreto la fundó, viene luchando para rescatarla del abandono en que se encuentra, por lo que aspira a que la admirable gestión que ha emprendido el alcalde Paco Cabrera para recuperar las plazas, llegue también hasta esta área tan preciada por los vecinos y por tantas otras gentes de los alrededores. La actual presidenta de la asociación Sra. Robles Piñero, la vicepresidenta Mery Labarca y la secretaria Teresa Ríos, junto con el equipo que las acompaña, han vuelto a dirigirse al alcalde para reiterarle tal solicitud, en espera de que se les oiga. Ellas piden un barrendero fijo para recoger tanta basura que a diario arrojan los arboles de mango, particularmente en la época de la cosecha cuando la hediondez es insoportable. En años anteriores la plaza se barría todos los días y se lograba mantener mucho mas limpia. Ahora vienen a limpiarla una vez al mes o cada dos meses, con el sistema de cuadrillas, mientras el sucio se acumula y las aguas estancadas de las alcantarillas que están tapadas desde hace varios años, forman focos de infecciones y son portadoras del dengue y el cólera por el agua represada, la maleza y la acumulación de basura, estando conscientes los vecinos de esa situación tan anormal como preocupante. Los bachacos han hecho también enormes cuevas que se abren en todo terreno de la plaza. La fuente tampoco esta funcionando. Otras calamidades de la plaza son la oscuridad y la falta de vigilancia.
Desde hace años se robaron los cables de la luz y los faroles que instalo la administración municipal anterior permanecieron encendidos día y noche hasta que se quemaron. Varios “vikingos” o mendigos que forman parte de los despojos humanos de las injusticias sociales, duermen y hacen sus necesidades allí, refugiando su miseria en los bancos y grama, hasta que una brigada de policías los aparta del lugar, para regresar a los pocos días, por la carencia de un albergue municipal que los reciba para darles techo y comida.
Los vecinos de Santa Cecilia no piden rejas ornamentadas para la plaza, ni proyectos ambiciosos, sólo mejor limpieza, luz y vigilancia. El alcalde Paco Cabrera es sensible al clamor de una comunidad organizada que reclama ese espacio público para la recreación. Mantenerla en buen estado es sólo una labor de rutina, diaria y callada, como deberla hacerse la gestión publica eficiente.
Los versos del poeta Andrés Eloy Blanco resuenan en el ambiente y la mirada fija en la eternidad presagia la alegría de tiempos más benignos para la ciudad.
Publicado en El Carabobeño el 04-10-97
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