A medida que avanza la investigación médica y se descubren las causas de las enfermedades, profundizando en el estudio de las células y de la genética, se extiende el conocimiento también a la generalidad de las personas, considerándose de suma importancia la información para la salud dirigida a los pacientes y a sus familiares, con el fin de que tomen parte activa en la prevención, tratamiento y cura de los males que atacan al organismo. Los términos científicos de difícil interpretación se trasladan al vocabulario corriente, de manera que sean entendibles para aquellos que están sufriendo algunas dolencias, haciéndoles ver qué es lo que tienen y la importancia de que conozcan su enfermedad, con el convencimiento de que su cooperación es importante para recuperar la salud.
La salud es un bien tan preciado que, cuando se pierde, se valora más, tratándose por todos los medios de recuperarla para volver al estado natural de la persona, que es estar sano. Cuando la enfermedad ataca por primera vez, comienza la preocupación por los síntomas, causas y remedios para curarla. Se busca al doctor y se da cuenta el enfermo de lo poco que conoce su cuerpo, ese organismo extraño que lleva por dentro y que no puede ver ni palpar. Habrá sido una bacteria, algo malo que comió ó una debilidad congénita? Como cualquier máquina que se daña, el cuerpo humano también sufre el desgaste del paso del tiempo y los ataques de los elementos dañinos que lo rodean.
La importancia de sentirse bien física y mentalmente está muy relacionada con la actitud positiva de la persona hacia su propio ser. Esa voluntad afirmativa la hará seguir las abundantes recomendaciones en pro de la salud que diariamente la ciencia pone a la disposición del público. Seguir el curso de esos consejos es un paso adelante en la prevención de las enfermedades, no dejando que ellas se apoderen del cuerpo antes de que se presenten los achaques de los años, porque al fin y cabo, la salud y la enfermedad están tan unidas como la vida y la muerte. Sólo que la ciencia trata de alargar la longevidad del ser humano y de mejorar su calidad de vida.
Para que se conozca mejor el delicado mecanismo del cuerpo, sus órganos, tejidos, nervios y músculos, se enfatiza hoy día en la importancia de divulgar el saber científico al común de las personas, particularmente el relacionado con el de la prevención de las enfermedades. La educación médica va pareja con la investigación, tomando en cuenta que los seres humanos pueden cuidarse mejor y evitar accidentes, si están conscientes de los riesgos que corren con determinados hábitos dañinos. Tal es el caso del cigarrillo, hoy en día tan combatido porque se ha descubierto lo perjudicial que es, al igual que el excesivo consumo de alcohol. Asimismo se insiste en la importancia de una buena nutrición, rica en fibras, vegetales y proteínas, como también en los beneficios del ejercicio físico y del conveniente manejo del stress. Los chequeos médicos periódicos, las vacunas y seguimiento de los tratamientos son otras formas de prevención.
Las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y las producidas por infecciones, o por deficiencias orgánicas pueden prevenirse en gran parte, si se siguen ciertos consejos útiles que se ofrecen a la disposición del público en revistas especializadas y en los medios masivos de comunicación, como nunca hasta ahora se había hecho. Igual sucede con el cáncer, esa terrible enfermedad que ataca silenciosamente cualquier parte del cuerpo, cuyas causas y curas continúan estudiándose en los centros clínicos y de investigación más avanzados del mundo.
Es éste uno de los aspectos interesantes que aborda la atención médica en la Fundación Clínica Mayo de Rochester, Minnesota, la cual he tenido la oportunidad de conocer por razones relacionadas con su naturaleza. En conjunción con los Institutos Nacionales de Salud, el Instituto Nacional del Cáncer y las diversas asociaciones y sociedades de las ramas médicas especializadas de Norteamérica, así como otras acreditadas internacionalmente, han logrado recopilar una vasta literatura que no se queda sólo en los libros de texto, sino que se transmite al público en variados folletos en los que se explica la función de cada una de las partes del cuerpo y su ubicación y relación con las otras, acompañada de gráficas y dibujos para su fácil comprensión.
En esos sencillos folletos, complementados con un pequeño glosario de términos científicos, se ofrecen también al público los teléfonos de los centros de investigación, para que la gente llame y pregunte y se le pide participar en los estudios, sin son elegibles para los casos tratados, una vez que éstos son aprobados científicamente. Se dan recomendaciones y guías y se invita a la formación de grupos de apoyo para compartir experiencias y ofrecer remedios que ya han sido probados exitosamente.
Es interesante esta orientación de la Medicina hacia la educación y la información al público y especialmente a los pacientes y sus familiares, porque su contribución es fundamental para la recuperación de la salud y la sociedad se beneficia al contar con individuos más sanos. Es éste el fin de la Medicina, para lo cual los científicos no cesan en sus investigaciones y los doctores continúan pasando consulta, tratando de buscar la fórmula mágica de detener las enfermedades y el dolor.
Publicado en El Carabobeño el 25-06-03
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