28 agosto 2017

Venezuela en pie de lucha



Valientes jóvenes estudiantes de las principales ciudades del país, como combativa vanguardia harta de tantas mentiras, corrupción, militarismo, inseguridad, escasez, inflación y tantos otros males de la Revolución mal llamada Bolivariana,  impuesta desde el año 2000  bajo una falsa democracia,  sustentada en la mentira que muchos lamentablemente siguen,  a costa de empobrecer a  la  nación, enfrentando a los venezolanos en dos bandos desiguales: los que tienen todo el apoyo de la fuerza pública con el acceso a las armas y a las fuentes de enriquecimiento, contra los que desinteresadamente quieren vivir con libertad, progreso y paz.

Estimulados por los líderes de la oposición democrática apoyados por la sociedad civil,  a comienzos de Febrero comenzaron a calentarse las calles con marchas pacíficas y pancartas, a las que se han sumado cierre de calles con barricadas, para pedirle al gobierno central y a los gobernadores oficialistas que rectifiquen las políticas públicas, puesto que no se justifican las horas perdidas en las colas de los mercados para comprar los alimentos de la cesta básica, traídos del exterior al negarle los recursos a la agroindustria nacional, ni la falta de medicinas, ni la inseguridad, ni la regaladora de dinero a otros países,  hasta el punto de haber endeudado al nuestro dejándolo insolvente, sin inversión pública de importancia en los planes de la nación.

Periodistas agredidos y manifestantes pacíficos detenidos y torturados por los colectivos armados y por la Guardia Nacional, cuando salen a la calle a manifestar amparados por la Constitución.  Protestar por la falta de papel para imprimir los periódicos. La estatización y eliminación de la señal de los medios radioeléctricos y la televisión privada, tal como se hizo con Radio Caracas Televisión, con Globovisión y con el canal internacional NTN24, sacándolo del aire y la reciente amenaza contra CNN, injuriando a la periodista Patricia Janiot. Las cadenas de Nicolás Maduro y de Diosdado Cabello en las que sueltan un lenguaje tosco, cerrado al diálogo y a la disposición de rectificar.  De tal manera, que la libertad de información está amordazada, se dice lo que le conviene al gobierno y se llega al descaro de rendirle culto al difunto presidente Hugo Chávez, elevando su imagen a la altura de la del Libertador Simón Bolívar.

Los ciudadanos exigen respuestas concretas ante tantos desmanes.  El sector empresarial objeta la indefinición de la política económica con las trabas para obtener las divisas. Basta ya, los venezolanos ante el mundo, estamos dando una demostración de coraje y  exigiendo respeto.

21 agosto 2017

Una semilla para el cielo



Como la tierra fértil que da frutos abundantes cuando se la cultiva con cariño y siempre mantiene en su interior el germen de la vida,  Elia Ortega de Rodríguez  fue como una semilla que se sembró en Valencia por muchos años, resultando tan fructífero su arraigo en nuestra ciudad, que lo que recibimos de ella nos llenó plenamente.  Fue socia activa del Club de Jardinería Carabobo y allí quedó enraizada su memoria, como una planta de copiosa cosecha  y espeso follaje.   Oriunda de Maracaibo, hizo de Valencia su segunda ciudad y aquí cultivó la amistad, como cuidó las plantas que adornan su jardín  de colores perfumados por la fragancia de las flores.

Escribo estas líneas en nombre de las compañeras del Club de Jardinería “Margarita Stelling” para hacer público el sentimiento de amistad que nos inspiró Elia, por su trato amable y generosidad.  Para representarla con mayor fidelidad, le pedí a algunas de sus amigas más cercanas que me  contaran anécdotas de su vida que la retrataran tal como ellas la conocieron y fue notable la coincidencia de opiniones.

Prestó su ayuda desinteresada a instituciones sociales, como la  Fundación La Alegría de Andar,  que presidió con amor hacia el prójimo minusválido para facilitarle sillas de rueda y andaderas. Presidió también, al lado de su esposo Rodrigo, el Instituto de Audiofonología de Carabobo.  En la Asociación de Ejecutivos carabobeña y en el Hotel Ucaima, del cual fue propietaria,  ejerció una actividad gerencial importante, manteniendo el criterio de ofrecer un buen servicio y atención a los clientes y relacionados.

En el Club de Jardinería Carabobo ocupó puestos directivos, como la vice-presidencia y la tesorería.  Nunca quiso aceptar la presidencia  porque tenía otras obligaciones que la ocupaban y decía que ése era un cargo de dedicación a tiempo completo.  Pero la institución contó siempre con su apoyo, bien sea material cuando se necesitó su colaboración para cumplir compromisos económicos y prestaba   asistencia personal en los eventos en los que se requería su participación, bien sea en el montaje de las exposiciones, en la hospitalidad  a los invitados y en la exhibición de los más hermosos diseños florales,  que realizaba con creatividad y gusto refinado.   Mereció los premios más altos de las exposiciones  certificadas por el  National Council of  State Garden Clubs,  Inc.

Luego de haber cumplido todos los requisitos para ser Juez Acreditado, tales como la aprobación de una serie de cursos y symposiums, el estudio de las instrucciones del Manual para la Exposiciones Florales y la exhibición de un número determinado de muestras de Diseño Floral  y Horticultura,  Elia obtuvo la nominación  arriba señalada y fue nombrada también Directora del Consejo de Jueces en el año 200l.  Se preciaba de ser una persona muy organizada y por ello cumplió con todos los atributos que demandaba su responsabilidad: conocimiento, experiencia y disponibilidad.  Con buen sentido del humor, delegaba  funciones y establecía las normas generales de los programas  que debía seguir, sin apartarse del Manual que es la ley de las exposiciones.

En Horticultura su especialidad fueron las Bromelias, de las que tenía una hermosa colección en el jardín de su casa, en el que  perdurará  su presencia en las inflorescencias de esas llamativas plantas tropicales.  En una de las últimas  exposiciones que presentó con un despliegue de Bromelias,  ganó  la máxima recompensa.   Como ellas,  fue un ser fuerte que  no se dejaba doblegar por los escollos del camino sino que, más bien, los suavizaba con la sensibilidad de las personas amantes de la naturaleza.

Una anécdota simpática que me refirió su amiga  del Club de Jardinería, Ligia de Peña, fue que,  en el nombramiento de un orden floral que se le ocurrió inventar en una tarde de juegos, para clasificar a las compañeras por su temperamento, designó a Elia como Sor Sonrisa, dado su carácter jovial. Una estrofa del Himno del Club de Jardinería Carabobo “Margarita Stelling”  define igualmente su  incorporación  a todas esas actividades relacionadas con las plantas y el diseño floral:

            “La tierra agradecida

              se torna en un vergel

              al verse acariciada

              por manos de mujer”.

18 agosto 2017

Fotografías impactantes



Veo las fotografías de las madres bañadas en lágrimas por la muerte de sus hijos a manos del hampa, o de los colectivos armados en las más recientes manifestaciones pacíficas de la oposición democrática, y no lo puedo creer.  ¿Cómo es que en mi país, en la Venezuela republicana,  del 2.000 en adelante hemos llegado a esta situación de vandalismo desatado, en el. que la vida humana no vale nada?  Los crímenes son aterradores, ejecutados con saña y a sangre fría, muchas veces por adolescentes armados con pistolas y cuchillos, drogados, indiferentes al dolor ajeno, muchachos sin formación de hogar, ni apego a la sociedad.

El asesinato a comienzos del año de la actriz Mónica Spear y su pareja, en la autopista Puerto Cabello-Valencia y el de los dos religiosos salesianos, en la propia casa Don Bosco, a mediados de febrero, fue perpetrado por jóvenes adolescentes, con el propósito de robar  las pocas pertenencias que tenían esas víctimas. Infames homicidios que dejan ver hasta donde ha llegado el grado de descomposición social en nuestro país. A este cuadro de tragedia, se suma el número de fallecidos en las últimas concentraciones públicas, entre ellas las dos hermosísimas jóvenes valencianas, Génesis Carmona y  Geraldine Moreno.

Los rictus de amargura, los ojos nublados por el llanto, les gestos de desesperación, los estrechos abrazos familiares, aunado a la paciente espera en la morgue para identificar los cadáveres, son escenas desgarradoras de la violencia que impera en Venezuela, reseñadas casi a diario por fotógrafos y periodistas competentes en la profesión de relatar los hechos, cuya veracidad es comprobable en las tomas a color con la más avanzada tecnología digital, que dan testimonio del acontecer nacional, mostrando a nuestro país como uno de  los más inseguros del mundo, con tantos actos fatídicos que conmocionan  a  la  opinión  pública.

¿De que vale que los cuerpos de investigación policial, el CICPC, o la Fiscalía, se activen en hacer las experticias para encontrar a los culpables, si ya no es posible devolverle la vida a las víctimas? ¿Por qué han tenido que esperar el vil asesinato de tantos seres para actuar en defensa de la sociedad? ¿Hasta cuando tanta impunidad? ¿Hasta cuando tantas armas en manos de quienes no tienen los permisos para  portarlas?

En todas estas causas están la falta de valores religiosos, morales, familiares, el discurso violento del lado del oficialismo, la paternidad irresponsable, el tráfico de drogas, la baja escolaridad y deficiencia de espacios deportivos y culturales, para mantener a la juventud con entretenimientos sanos y  a la sociedad libre de tantos males.