Las lluvias
en Venezuela en el año 2020 comenzaron algo tarde, tomando en cuenta que la estación pluvial en
nuestro territorio tropical va de mayo a octubre, meses en los que normalmente
las precipitaciones de agua dulce son
abundantes, en beneficio del clima
benigno que favorece a las personas, las cosechas, los animales, los lagos,
ríos y bosques, entidades que en esos
veranos tan prolongados se ven afectados, como nos ha venido sucediendo en
estos últimos meses en los que el calor nos ha agobiado y los productores del
campo han estado preocupados por la prolongada sequía, en un país en el que la
deficiente administración pública ha dejado secar los embalses y contaminar las
aguas en las plantas de tratamiento. Felizmente las nubes se abrieron, dejando caer con fuerza el tan
preciado líquido y bajar en pocos grados la temperatura para el disfrute
colectivo en nuestra exuberante naturaleza tropical.
No sólo en
Venezuela el clima ha variado, sino lo que denominamos cambio climático es una
realidad en el mundo globalizado de hoy.
El calentamiento global se siente en gran parte del planeta Tierra,
corroborado por el aumento de la temperatura, el descongelamiento de los
glaciares, los incendios forestales, la muerte de miles de hectáreas de bosques
por las prolongadas sequías. Los lagos
se convierten en estanques y los ríos en arroyos. El agua se evapora pero muchos agentes
contaminantes permanecen, lo que no permite que el aire puro suba a la
atmósfera. El incremento de los gases de
efecto invernadero ha sido un factor determinante en el aumento de la
temperatura, estimándose en casi un grado centígrado durante los últimos quince
años.
Un pequeño
libro titulado Cambio Climático, escrito por una ambientalista canadiense,
Shelley Tanaka, que adquirí para documentarme mejor sobre un tema de tan vital
importancia, explica con datos bien fundamentados las causas y efectos de un
hecho que a todos nos debe preocupar, puesto que el agua y el clima son
factores determinantes para la vida de los seres vivos. En el prólogo de esta edición, los
científicos proponen la base para
generar un debate sobre un tema de tan vital importancia, tratado por los estudiosos de la materia, recalcando que las concentraciones
atmosféricas de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero son los
agentes causantes del cambio climático, a la vez de alertar que cuanto más
tiempo tardemos en actuar, más difícil será resolver el problema.
El desarrollo
industrial basado en la quema de los combustibles fósiles, el carbón, el
petróleo y el gas, utilizados
ampliamente desde el s. XVIII al dar inicio a
la revolución industrial con la primera máquina de vapor, los
automóviles, los aviones, los motores de gasolina y la maquinaria activada con
esos combustibles no renovables, le
trajo al mundo mucho progreso, a la vez de haber sido factor determinante de la contaminación ambiental. Cambiar el esquema del desarrollo por
energías renovables tomadas directamente del sol, del aire, del agua, limitar
el uso del vehículo individual en las
ciudades muy congestionadas, mejorar el transporte público, abrir vías alternas
para las bicicletas y las caminerías son acciones que han comenzado a aplicar
los países europeos y norteamericanos en aras de mayor calidad de vida, mayor
disfrute de la naturaleza y de los recursos naturales. El Protocolo de Kioto, acordado en febrero del 2005, fue la primera convención marco internacional
sobre el cambio climático, seguido por
el Acuerdo de París en el año 2016, ratificado
por la Organización de las Naciones Unidas, en busca de reducir las emisiones
de gases invernadero.
Valencia, 09 de julio del 2020.
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