De las pre-candidaturas
independientes que se postularon para la Alcaldía de Valencia, la de Julio
Castillo es una de las más atrayentes, por lo que en sí representa su persona
arraigada con profundas raíces a la tierra valenciana que él tanto quiere,
puesto que de aquí son sus abuelos, sus padres, él junto con sus hermanos y sus
hijos. Aquí están enterrados los restos
mortales de sus antepasados, quienes varios de ellos también libraron luchas en
su tiempo para el engrandecimiento de la patria chica.
Todo ello significa
que a Valencia la lleva en el corazón, por lo que está dispuesto a trabajar por
ella para mejorarla, adelantando su progreso con un sentido humanístico,
pensando primero en el ciudadano como célula fundamental de la sociedad, para
que la ciudad sea vivible en el mejor sentido del término. Una ciudad limpia, en la que sus habitantes
se sientan seguros, protegidos por las leyes que las autoridades están
obligadas a hacer cumplir, en la que los peatones puedan caminar por aceras
libres de obstáculos, en la que el transporte público sirva para todos y se
descongestione el tráfico vehicular, ampliando y conectando las vías necesarias
para que fluya la circulación.
De Julio podemos
decir que no es un hombre mezquino ni con una mentalidad negativa que vaya a
paralizar los buenos proyectos o programas existentes, sólo porque no fueron
hechos bajo su dirección. Por el
contrario, obras como el metro, el desarrollo de la zona sur, la ampliación de
la Avenida Bolívar, las ferias, el rescate de las plazas y parques, la
promoción cultural, los módulos de salud, la atención a las comunidades del
municipio y a los vecinos van a continuar durante su gestión, gerenciando la
ciudad como una empresa pública para el beneficio colectivo, tal como la ha
hecho desde la Alcaldía de Naguanagua.
No es ningún
improvisado en un terreno que no domina porque no lo ha pisado nunca. Por el contrario, la política lo apasiona
como el mejor medio para ejercer las funciones públicas, que deben estar dirigidas por personas
capaces, cuya preocupación por la ciudad sea constante. Su experiencia política lo avala, ya que
desde muy joven comenzó a participar en las luchas estudiantiles, llegando a
ser presidente del Centro de Estudiantes del Liceo Pedro Gual e integrando la
Federación de Centros Universitarios. Fue Diputado al Congreso Nacional y, regionalmente, Concejal y Síndico Municipal de Valencia, hasta llegar a
ser electo y reelecto Alcalde de Naguanagua
El slogan “Julio
Castillo Une a Valencia” es elocuente en cuanto a la intención del candidato de
trabajar mancomunadamente a favor de la Valencia Metropolitana, articulados sus
municipios urbanos por la buena relación entre los alcaldes, concejales,
autoridades municipales y gobernación de Carabobo para, entre todos, buscarle
solución a los problemas que agobian a los ciudadanos de esta urbe, encauzando
sus inquietudes y planteamientos para lograr una mejor calidad de vida.
Al analizar su
actual gestión municipal en la Alcaldía de Naguanagua, se destacan la creación
de la Policía Municipal, el Instituto Municipal del Deporte, el Instituto
Autónomo de la Cultura con los Festivales del Samán, el Concurso de Pintura
Rápida, la Bienal de Arte Popular, la
remodelación de la plaza Bolívar, la creación de programas sociales como Unidos
por tu Casa, Unidos por tu Agua y Unidos por tu Educación, todos ellos de gran beneficio para los
habitantes de ese populoso municipio. En
cuanto a la administración de los fondos públicos, la organización Transparencia Internacional
reconoció la honestidad con que han sido manejados, dándole un voto de
confianza.
Unir a Valencia es defender
su tradición histórica, trabajar por su progreso, acercar a sus habitantes,
atender sus solicitudes. Más que un slogan, para Julio, eso es un compromiso.
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