Todo, absolutamente todo de lo que nos rodea tiene sus leyes. No es un azar la razón de por qué los seres y las cosas están en su lugar, qué las hizo cambiar o evolucionar. La vida es una continua transformación, no sólo en nuestro planeta tierra sino en todo el universo, en el que somos apenas una infinitesimal parte, menos que un minúsculo grano de arena disgregada de las rocas.
El pensamiento anda también dentro de cada uno de nosotros, liviano, con ideas que van y vienen traspasando las fronteras de la mente, como si no pertenecieran a nadie en particular para que cada quien las haga suyas, dejándolas en libertad para que unos las interioricen tratando de buscar el significado de las cosas y otros las dejen pasar sin interesarse por aprovechar el don admirable del pensamiento creativo, que es el que se hace preguntas a sí mismo, el que interroga continuamente, el que quiere saber el porqué, puesto que todo tiene una respuesta en ese macrocosmos que no es producto del azar sino del extraordinario mundo de la creación divina.
En las páginas de “El Libro de las Preguntas”, del escritor Guillermo Loreto Mata, quien es profesor de Castellano y Literatura y Miembro Correspondiente de la Academia de la Lengua, podemos leer tantos interrogantes que tendríamos que detenernos en cada uno de ellos para tratar de dar la respuesta que satisfaga nuestro deseo de saber, puesto que aún encontrándola puede estar sujeta a muchas interpretaciones.
Tal es el pensamiento del poeta, del filósofo o del científico tratando de ahondar en los misterios del universo, hallando respuestas alternas que dan, cada una de ellas, paso a nuevos interrogantes. Así se abre el mundo ante nuestros ojos con una inmensa curiosidad intelectual, queriendo conocer desde lo más pequeño, por insignificante que parezca, hasta lo más complejo, inaccesible a nuestro entendimiento, a menos que nos detengamos a profundizar en su conocimiento.
“El Libro de las Preguntas”, de Guillermo Loreto Mata, es novedoso en su concepción, al abrir un nuevo género literario que hace que el lector tenga que detenerse en cada línea para pensar aunque sólo sea un instante, puesto que las preguntas no responde a un orden determinado, sino que pareciera que el autor las hubiera soltado a medida que brotaba de su mente, en la que el mundo que lo rodea es objeto de una curiosidad permanente que quiere transmitir a quienes lo leen. Es un libro para avivar el entendimiento y para ahondar en el conocimiento. Cada pregunta deja volar nuestra imaginación y amplía nuestras inteligencia, nos hace apreciar mucho más los colores, los sonidos, las formas de la naturaleza y los sentimientos.
Guillermo Loreto Mata me obsequió un ejemplar de “El Libro de las Preguntas” impreso en un texto que él ha puesto a circular en las librerías de nuestra ciudad, encuadernado con espiral, sencillo, porque a decir de sus propias palabras, la edición litográfica es sumamente costosa y él quiere llegar a los lectores por los medios de los que actualmente se puede valer. “¿Por qué será que a los escritores se les hace tan difícil editar sus obras?”, me pregunté a mí misma cuando comencé a leerlo. Quise encontrar la respuesta, sin lograrlo, con lo que la primera pregunta: “¿Habrá siempre una respuesta para cada interrogante?” me puso de una vez a pensar.
El Carabobeño, 22-02-2005
No hay comentarios.:
Publicar un comentario