03 noviembre 2001

La Guerra Mala


Esa es una guerra de la civilización contra la barbarie, la primera representada por los Estados Unidos del Norte y las fuerzas de la OTAN, los países que han alcanzado un alto grado de desarrollo arremetiendo contra un pueblo mísero con las armas más sofisticadas que la tecnología moderna ha diseñado Las imágenes de la televisión nos muestran a unos seres famélicos caminando entre casuchas rotas y tierra arenosa, en la que no se ve ni un arbolito Ninguna guerra puede ser civilizada, puesto que los hombres en el fragor de la pelea vuelven a un grado de primitivismo tal que las heridas se encargan de mostrar con toda su purulencia y se computarizan los muertos en uno u otro bando como señal del lado hacia el que se inclina la victoria. Poderío bélico de una nación civilizada, enfrentado al fanatismo religioso, es una mezcla de combustible peligroso que podría extenderse aún más si el mundo musulmán se unifica en su rechazo a los ataques de los que están siendo objeto algunos de sus hermanos.

La lucha en este caso es contra el terrorismo y, aunque sea dolorosa y desigual, hay que enfrentarla, tal como el cirujano que corta el tejido del paciente, sometiéndolo a un intenso malestar, para extirpar el tumor y conseguir la curación El gobierno de la milicia talibán en Afganistán es de un fanatismo tal que no se compadece del sufrimiento de su gente, de los miles de refugiados que buscan asilo en Pakistán, ni de los que se quedan sometidos al hambre y el miedo. El fundamentalista Osama bin Laden está poseído por una verdad que está arruinando aún más al pueblo que lo cobija, sin pensar siquiera que con el derrocamiento de los talibán se abriría para ese país una etapa de reconstrucción nacional, al apoyar las potencias que luchan contra el terrorismo al partido moderado de la Alianza del Norte, mucho más progresista que el actual.

De buena parte de quienes profesan el credo islámico existe furor hacia la cultura occidental, por razones profundas de antagonismo hacia los valores esenciales que rigen sus vidas, como también en lo político y económico. Ese rechazo hacia Occidente se puso de manifiesto cuando el Ayatolah Komeini tomó el control en Irán en el año 1979, al triunfar la Revolución Islámica. La persecución que desató contra el Sha Reza Pahlevi fue básicamente por las reformas occidentales que hizo durante su gobierno que duró casi cuatro décadas, alineándose con Gran Bretaña y los Estados Unidos y siguiendo modelos capitalistas de desarrollo económico. Líderes como Kadaffi en Libia y Sadam Husein en Irak azuzan el odio musulmán de centenares de miles de sus seguidores, enardecidos ante las fuerzas del mal, que no son otros que los enemigos de Dios, los infieles de Occidente que no siguen los preceptos del Corán.

Desde que comenzaron a suscitarse estas cuestiones de la política internacional, relacionadas con el mundo árabe, recuerdo haber leído con interés tal que lo guardé entre mis libros un artículo de la revista “The Atlantic” del mes de Septiembre del año 1990, cuya portada pinta a un musulmán con cara de furia, que en ambos ojos tiene dibujada la bandera norteamericana, para ilustrar el tema central de la publicación que lleva el título “Las Raíces de la Rabia Musulmana”, escrito por el profesor emérito Bernard Lewis, autor de numerosos libros sobre el Medio Oriente, según explica el texto. Recordándolo ahora, al suscitarse los actos terroristas contra el World Trade Center de Nueva York y contra el Pentágono en Washington, que dieron lugar a esta Guerra Mala que hoy se libra contra un pueblo mísero en el que se esconde la cabeza del terrorismo musulmán, lo busqué en mi biblioteca para releerlo y extraer algunas apreciaciones del autor.

En varias páginas de apretado análisis acerca de por qué la ira musulmana hacia Occidente y particularmente hacia los Estados Unidos, dice el mencionado profesor que Mahoma no sólo fue un profeta y un maestro, sino también un dirigente y un soldado, por lo que su lucha abarca el Estado y las Fuerzas Armadas. Esto significa que si sus guerreros están peleando la Guerra Santa en la senda de Dios, lo hacen contra los enemigos de Dios y el deber de los soldados es enviar a la otra vida a los infieles para que sean castigados. Según la creencia islámica, el mundo y la humanidad están divididos en dos: la Casa del Islam en la que prevalece la ley y la té musulmana y la otra, que es la de los descreídos que deberán ser convertidos mediante la Guerra Santa. Sienten ellos que la autoridad de sus países ha sido minada por la penetración de ideas y costumbres extranjeras, lo que se ha hecho posible por el avance de Occidente, contribuyendo a subvertir su dominio y a violar sus principios esenciales.

Para los árabes América no significó mucho hasta la Segunda Guerra Mundial, luego que la industria petrolera y los desarrollos de la post‑guerra comenzaran a establecer acuerdos energéticos e intercambios comerciales entre ellos. El apoyo prestado al estado de Israel de parte de los Estados Unidos y el despliegue de fuerzas militares en el Medio Oriente para proteger las reservas petroleras son factores que contribuyen a ese resentimiento. La ideología marxista impuesta por el bloque soviético denunció al Capitalismo e imperialismo norteamericano como el causante de la explotación y pobreza del Tercer Mundo y muchos no vieron en la riqueza de las naciones una fuente de bienestar, sino más bien de opresión.

Para muchos América representó la libertad y la oportunidad, así como la riqueza y el éxito, resaltados por la televisión y el cine como el American way of life ligero y confortable. El poder material prevaleció sobre el espiritual y los valores del dinero y el progreso económico dejaron atrás a los tradicionales de la religión y la familia. La emancipación de las mujeres y la rebelión de los jóvenes terminaron por romper la autoridad de los hogares. Pensamientos tan antagónicos e intereses opuestos son el detonante de esta guerra que, para bien de todos, ojalá termine lo más pronto posible con un golpe rotundo al terrorismo y a todos quienes lo apoyan escudándose detrás de cualquier fanatismo.

El Carabobeño, 03-11-2001 

30 agosto 2001

Palestina


El conflicto que mantienen los palestinos enfrentados con los judíos en Israel entorpece la visita de los turistas a los lugares santos, custodiadas las ciudades en donde sucedieron los hechos más significativos de la Cristiandad –Jerusalén, Belén y Nazareth – por soldados armados de uno y otro ejército,  a  causa de  una guerra que pareciera no tener solución,  puesto que ambos pueblos reclaman el derecho a la tierra de sus antepasados, a la que pertenecen por mandato divino de la religión que profesan, como una revelación  del mismo Dios que los condujo  por medio de sus profetas a la Tierra Prometida. Para los judíos Abraham y Moisés les guiaron el camino, para los palestinos Mahoma fue el conductor.

La dificultad para Israel es mayor a pesar de la creación del Estado que les otorgó la nacionalidad en el año l948 y del progreso evidente de la nación bajo el sistema democrático, en  la que el  flujo constante  de miles de hebreos que regresan de la Diáspora obliga al gobierno  a acomodarlos con  vivienda y  empleo, pero en esa gran porción de territorio que es el Medio Oriente, ese país  abarca sólo una franja estrecha de tierra a orillas del Mar Mediterráneo y está rodeado de países árabes en los que predomina la religión musulmana, con su buena dosis de fanatismo, el cual  se ha encendido en los últimos años, atizado por líderes fundamentalistas  que ven en la guerra una forma de santificación y arremeten  contra todos los que no profesan la doctrina del Islam, principalmente contra los judíos que son sus enemigos acérrimos.

El problema es tan complejo que para entenderlo hay que  interpretar  la Historia Sagrada, saber de  Mahoma, repasar el significado del Sionismo y la creación del estado de Israel y leer lo que informan los medios de comunicación actualmente para, finalmente, quedar convencidos de que de todos modos la guerra es absurda y que su provocación es consecuencia de apasionados agitadores irreconciliables con cualquier forma de convivencia pacífica.

En una estadía  reciente de una semana en Tel Aviv, un solo día pudimos visitar Jerusalén, porque nos advirtieron lo peligroso que era adentrarse en los lugares santos, puesto que correríamos el riesgo de quedar atrapados en medio de una balacera,  o morir víctimas de  la explosión de una bomba.   La situación se tornó candente el 29 de Julio,   porque una pequeña organización de judíos ortodoxos conmemoraba la festividad  anual del Tisha B’Av, en la que proceden a colocar una piedra simbólica de la construcción del Tercer Templo. El día de ayuno del Tisha B’Av  marca el aniversario de la destrucción del Primero y Segundo Templo, que para los judíos es motivo de luto, por lo que el ritual va acompañado de la lectura del Libro de las Lamentaciones, a la vez que insertan peticiones en las cavidades de las piedras del muro que es el  único resto que queda  del Templo.

Lo que a simple vista hubiera parecido un acto corriente,  despertó en el liderazgo palestino y en la comunidad árabe de los territorios ocupados el levantamiento popular denominado la Intifada, que desde hace diez meses ha estado agitando a los fundamentalistas  para liberar el sitio islámico y acabar con el estado de Israel, dado que para ellos ese lugar es sagrado porque en la explanada adyacente al Muro de los Lamentos se levanta la mezquita Al Aksa, erigida sobre la piedra desde la que creen  que Mahoma subió al Cielo.

Como dice la Biblia, el Primer Templo fue construido con gran magnificencia por Salomón,  968 años A.C. y destruido por Nabucodonosor.  El segundo Templo fue reedificado por Herodes el Grande l8-l0 años A.C.  y arrasado por las huestes romanas paganas bajo el mando del emperador Tito.  De ese mismo Templo, dice el Nuevo Testamento, arrojó  iracundo Jesucristo  a los mercaderes que comerciaban con toda clase de víveres y lo profanaban,  increpándoles que ése era lugar de oración. La entrada de Jesús en Jerusalén montado en una borrica, para dar comienzo a su Reinado Divino, representa la consagración cristiana de esa ciudad. El status de capital internacional que propone la comunidad mundial de las naciones es el más adecuado, puesto que las tres religiones monoteístas –la judía, la cristiana y la musulmana –   nacieron de acontecimientos fundamentales ocurridos dentro de sus límites.

Las guerras de religión son también por territorio y las atizan los intereses políticos. Los palestinos piden que cese la presencia militar israelí en Cisjordania y Gaza, así como la soberanía de un estado independiente  Los judíos reclaman su derecho sobre la tierra que conquistaron con tanto esfuerzo para lograr la creación del estado de Israel, después de siglos de persecución diseminados en muchas partes del mundo.

Con opiniones tan encontradas,  yo hice dos preguntas: ¿Por qué los árabes, que son mayoría y tienen mucho más tierra,  no le ceden un pedazo de su territorio a los palestinos? ¿Por qué, cuando se declaró el estado de Israel no se hizo otro tanto con los palestinos, dividiendo el territorio en dos estados independientes?  Las respuestas fueron en orden sucesivo: “ Porque con los palestinos es imposible negociar, puesto que a ellos lo que les interesa es acabar con Israel.”  “Porque eso se hizo y se estableció la Línea Verde de separación,  pero ellos quieren todo el territorio para ellos solos. Pretenden ahora que ingresen a Israel todos los palestinos refugiados.”

Ambas respuestas me convencieron de que la única solución será lograr la  convivencia pacífica que trata de lograr la comunidad internacional, para que cesen los conflictos y que, de cierta manera, ambos pueblos tienen parte de razón.

La tradición judéo cristiana sostiene que los judíos son el pueblo elegido por Dios, hecho que se consumará al final de los siglos cuando reconozcan  al  Mesías.  Para los creyentes, todas esas doctrinas han sido causa de divisiones, guerras y enemistades y esperemos que sea antes de   la consumación de los tiempos cuando se pondrá fin a tanta violencia para que, finalmente, reine la paz  y  la concordia   entre todos los pueblos.
 

El Carabobeño, 30-08-2001

06 junio 2001

La Estética Urbana


Las ciudades venezolanas sufren un proceso de deterioro similar al que ocurre en el país. Marginalidad creciente que recorre las calles por las que circulan vehículos viejos unos, nuevos los otros, en una mezcla de pobreza y riqueza desintegrada socialmente, rotos los mecanismos para la convivencia pacífica, que han desencadenado por el contrario una violencia urbana de consecuencias negativas para el progreso. El desarrollo material y espiritual de un país se refleja en sus ciudades, especialmente en la capital que es el núcleo del tejido orgánico que le da carácter, puesto que los ciudadanos somos quienes lo constituimos.


Particularmente Caracas pasó de ser la “sucursal del Cielo”, como se le decía anteriormente, para convertirse en una metrópolis sucia y congestionada, cuyos techos rojos ya no adornan las fachadas de las casas porque los eliminaron para dar paso al modernismo que terminó por destruir la arquitectura tradicional de la ciudad, lo que le quitó su identidad y la hizo similar a cualquier otra del mundo. Encanto que se perdió en aras de un desarrollo mal concebido, sin tomar en cuenta la dimensión humana que sufre todavía la ofensa del maltrato colectivo a la que ha sido sometida por parte de quienes han tenido que ver con la planificación de la capital. El contraste de Caracas choca a la vista, porque los ranchos clavados en los cerros son como una escalada de miseria en un país rico en petróleo y en recursos minerales.

El que otrora fuera el hermoso valle coronado por el Ávila está invadido de casuchas en las laderas que lo circundan, vertederos de los desechos de los pobladores encaramados en terrenos inestables. Callejuelas que se empinan en apretados vericuetos sin tuberías ni drenajes para el agua. Escuelitas y dispensarios médicos construidos con pobreza de materiales, desprovistos de insumos para la atención pública. La mirada se opaca al contemplar tanta fealdad, porque la ciudad está dañada y costará muchos años y dinero recuperarla para hacerla más vivible, si es que alguna vez sus autoridades competentes se lo proponen.

La improvisación y el desorden dominan el paisaje urbano, destacándose los hermosos edificios y centros comerciales y profesionales edificados en las zonas de mayor valor económico, en los que se emplearon los mejores materiales y todos los avances de las nuevas tecnologías y ejecutados por arquitectos e ingenieros con estudios superiores y financiados por inversionistas de gran capital. A pocos metros de distancia es posible que se abran locales de construcción ramplona, sin los retiros correspondientes ni áreas para estacionamiento, teniendo que tomar las calles y aceras en abierto desacato a la permisología de la ingeniería municipal. Probablemente enfrente de esos locales se instalen a vender los comerciantes informales, con la mercancía colocada sobre tablas o en el suelo, entorpeciendo el tránsito natural de los peatones. Desarrollo por una parte, estancamiento por la otra. Progreso y atraso en un territorio compartido por ciudadanos de primera, segunda y tercera categoría. El deterioro visible de la ciudad es la demostración más evidente de la ineficaz acción gubernamental de los últimos 43 años. Se resiste el sistema político social, hundido en un tercermundismo tan injusto para todos y tan desigual para la mayoría de venezolanos.

La mirada ya no se solaza en la contemplación del panorama que todavía en el gobierno anterior trató de conservar la primera dama Doña Alicia Pietri de Caldera a través del programa “Un cariño para mi ciudad”. Ahora las áreas verdes han vuelto a abandonarse y están cubiertas de maleza. Los árboles continúan cercados por el cemento y están envenenados por los gases de los automóviles, lo que les quita el esplendor de su follaje. Rotas las aceras en muchas calles y avenidas en las que los carros se han adueñado de la ciudad, lo que sucede en detrimento de los peatones y en el insoportable caos del tráfico automotor, sin que ni siquiera el metro de Caracas logre aliviar la tensión de una metrópolis cuyos habitantes tienen que moverse con rapidez para cumplir con las actividades diarias. La capital venezolana es la vitrina del país que luce como muy desorganizada.

Otras ciudades del interior están siguiendo los mismos pasos de un crecimiento desordenado, en las que los planes de desarrollo urbano se violan impunemente. La excelente entrevista que concedió al diario “El Carabobeño” el Secretario del Colegio de Ingenieros del estado, Enrique García Grooscors, el pasado 29 de mayo analiza la problemática del caos vial de la ciudad de Valencia, señalando que tanto el gobierno nacional como el regional y el municipal gozan de una continua morosidad en el cumplimiento de los proyectos de vialidad y transporte, a la vez que se refiere a la anarquía y al abuso de los conductores del transporte colectivo. Los cambios de uso de residencial a comercial alteran la zonificación y ocasionan grandes congestionamientos.

En cuanto al ornato de Valencia, hay que reconocer la labor efectuada por el gobierno de los Salas Römer, particularmente en el primer período, para hacer de ésta una ciudad limpia y con áreas verdes bien mantenidas. El parque “Fernando Peñalver” es un jardín en el que la mirada se recrea. No obstante, cuando salimos de las avenidas troncales, que ya dejaron de ser amplias por cuanto el intenso tráfico las rebasó, nos adentramos en las calles interiores en las que hay solares abandonados con tarantines destartalados y escombros, entre los que es posible encontrarse con algún perro vagabundo olfateando entre la basura.

Los parches de la estética urbana resienten un desarrollo concebido para satisfacer intereses económicos y políticos que asfixia a nuestras ciudades haciéndolas poco gratas.

Rescatar los espacios urbanos es imprescindible para vivir civilizadamente y recuperar la armonía perdida. Descentralizar y descongestionar para que el progreso nacional se extienda uniformemente. El orden es belleza, la ley es el respeto que todo ciudadano se merece.

El Carabobeño, 06-06-2001

17 abril 2001

Una visita a Estambul



De todas las maravillas de Estambul, su ubicación geográfica dividida entre dos continentes, el europeo y el asiático, situada a ambos lados del Bósforo, a orillas del mar de Mármara, es tan atractiva como la dualidad histórica de haber sido la capital del imperio romano en el s. IV d.C. y posteriormente en el s. XV, con la conquista de los turcos, llegar a ser la capital del imperio otomano.

Exótica para los turistas, entrañable para los nativos, se siente uno al llegar a Estambul atrapado entre dos culturas que en Turquía coexisten, contraponiéndose sus intereses ideológicos con posturas adversas: los que quieren integrarse plenamente a la Unión Europea, pasando a ser un estado moderno y los que se mantienen aferrados a la tradición musulmana regida por las estrictas leyes del Corán, que continúan desconfiando de las costumbres liberales de los occidentales. La predominante religión islámica propaga la fe a través de la oración, repetida cinco veces al día desde los alminares de las mezquitas, cuyo eco lejano se oye desde diversos puntos de la ciudad con esa tonalidad reverencial de los cantos divinos.

Un paseo a bordo de los vaporcitos que navegan por el Bósforo permite ver a ambas orillas numerosos núcleos habitados, así como antiguos castillos, palacios y fortificaciones, en tanto se aproxima la vista el Mar Negro hacia una de las salidas en el Norte y hacia otra de las salidas el puerto natural del Cuerno de Oro bulle de actividad comercial. El puente construido en la década de los 70 del siglo pasado une las orillas europea y asiática, comunicando cómodamente a los dos continentes.

Tantos lugares interesantes hay para visitar en Estambul como compleja es su diversidad histórica y cultural. Llamada Bizancio originalmente, en memoria de su fundador el navegante griego Byzas, que se asentó en el año 687 a.C. en la costa del Bósforo, fue dominada por los helenos y los macedonios hasta que fue ocupada por los romanos. En el año 330 d.C. Constantino El Grande estableció en ella la sede del poder romano de Oriente, pasando a ser a partir de entonces Constantinopla. Con la conquista por los turcos en el año 453, a la cabeza de Mehmet II, se convirtió en la capital del imperio otomano, tomando  el nombre de Estambul.

De la ocupación romana, la Catedral del Santa Sofía dedicada a la sagrada sabiduría (Aghia Sophia), fue construida por Constantino para destacar la grandeza dl Cristianismo. Posteriormente, tras la conquista turca, fue ocupada por los otomanos, quienes la convirtieron en una mezquita. Es así como en este templo se aprecian las dos culturas y es posible rendir culto a las dos religiones: la cristiana ortodoxa y la islámica. Los mosaicos bizantinos son característicos de este templo, con sus brillantes colores en los que predomina el dorado.

De la dominación otomana, la Mezquita Azul luce magníficamente decorada con mármoles, ónix y alabastro. Del año 1500 data la construcción de la mezquita de Soleyman El Magnífico. El Palacio Topkaki, desde el año 1453 fue residencia oficial de los sultanes otomanos, hasta que fue convertido en un importante museo con hermosísimas obras de arte y objetos decorativos que dejan ver el esplendor del lujo que rodeaba a los sultanes. Otros palacios, mezquitas y residencias oficiales hacen de Estambul una ciudad cautivadora, con los mayores atractivos turísticos de toda Turquía. De hecho, en este viaje nos aproximamos sólo a conocer esta antigua capital, resultando cortos los cuatro días que pasamos allí para ver tantos lugares interesantes.

El misterio de una religión que nos es ajena a quienes profesamos la doctrina católica se avivó al entrar en la mezquitas que visitamos, en las que la devoción d los fieles se manifestaba profundamente en cada uno de las almas que elevaban sus oraciones al Creador, llámese éste Alá, Dios o Yahvé. Al entrar a esos recintos sagrados, hay que dar afuera los zapatos y mantener el silencio. De gran hermosura las pequeñas y numerosas lámparas de colores que penden de los techos y las alfombras tejidas a mano tendidas en los pisos, ambos artículos decorativos propios del arte oriental.

El pasado reciente está también vivo en Estambul en la memoria de Kemal Mustafá Ataturk  – 1881-1938 – representado en estatuas y retratos y particularmente enaltecido por los turcos contemporáneos que los nombran con orgullo por haber sido el fundador y primer presidente de la República de Turquía, haciendo de éste país un moderno estado de tipo europeo. Ataturk vivió sus últimos años en el Palacio Topkaki, en el que las guías que nos lo mostraron nos hablaron de él con gran admiración. Entre otras reformas sociales, políticas y religiosas, modificó la Constitución, estableciendo la separación entre el Islam y el Estado, sustituyendo a la ley Coránica por el Código Civil y el penal. Prohibió la poligamia, abolió el califato, le dio el voto a las mujeres, en la vestimenta masculina cambió el fez por el sombrero, adoptó el calendario y el sistema métrico europeo, así como el alfabeto latino.

En 1923, bajo la presidencia de Ataturk cuando se fundó la república turca, la capital se trasladó para Ankara, quedando Estambul como la ciudad más populosa y más visitada de toda Turquía, en la que confluyen dos mundos, dos historias, dos culturas con sendas formas de ver la vida, con sus costumbres, maneras y tradiciones enlazando al Occidente y al Oriente en el abrazo fraternal de una sola nacionalidad.

Estambul, abril de 2001.

03 marzo 2001

Un día sin carro en Bogotá


Nos estamos civilizando, ‑me dijo un taxista en Bogotá ‑, cuando le comenté lo cambiada que estaba la ciudad desde la última vez que la visitamos, hace unos seis años atrás La transformación sigue el ritmo de un país que esta proponiendo reformas políticas y sociales progresistas, pese a la carga que tiene con el narcotráfico, la guerrilla y los paramilitares Esa situación se esta tratando con la mayor seriedad, procurando un entendimiento nacional para lograr la tan ansiada paz. Hartos de tanta violencia, los colombianos quieren que cesen los conflictos en los que participa una mínima parte de la población. El resto sigue su vida cotidiana siempre temeroso de lo que pueda ocurrir, ajeno a un problema, que se le escapa de las manos.

Sin politiquería ni aspavientos propagandísticos, los dos últimos alcaldes de Bogotá, Enrique Peñalosa y Antanas Mockus, han logrado el portento de acabar con el deterioro de una urbe que, si siempre fue señorial, estaba desgastada. Aceras rotas, basura marginalidad y congestionamiento de vehículos se están atacando con proyectos realizados que ofrecen una imagen de modernidad y urbanismo a la altura de las grandes capitales Mockus fue reelecto recientemente después de que en su primer periodo dejara todo planificado y presupuestado, con el dinero en las arcas municipales, para que su sucesor continuará invirtiendo en las obras adelantadas por el. Lo que hizo Peñaloza con Una gestión eficiente que el actual alcalde continúa ejecutando Cuadra por cuadra, han levantado las aceras rotas para repavimentarlas, colocándoles baldosas de concreto, unido al ornato con arboles y grama en las islas de las avenidas y áreas verdes, a las que se les da mantenimiento La Alcaldía Mayor también resolvió el problema, de la basura. y hay obreros uniformados barriendo las calles y recogiendo las bolsas de desechos.

Todo esto me lo dijo la gente de la calle cuando me acerque a preguntarles por que causas la ciudad se volvió tan bonita que siempre lo fue, pero antes estaba descuidada y se veía a muchos indigentes que daban una impresión de pobreza extrema y ahora están recogidos en alberges municipales. Entonces la guerrilla no es la solución para los pobres, ‑ les pregunte‑. Que va! El pueblo no quiere a la guerrilla porque piensa que los ideales originales se perdieron y ahora son una serie de bandidos que no los dejan vivir en paz. Hay zonas mas inseguras que otras, pero hay que saber cuidarse de los ladrones y maleantes Hay desempleo y recesión económicos porque la narcoguerrilla los tiene a azotados. El presidente Pastrana ha sido débil para combatirla y no saben hasta que punto esos diálogos de paz van a aplacar a lo rebeldes. Los medios de comunicación social escandalizan y pareciera que al final todo es un gran negocio en el qua se juegan muchos intereses El pueblo quiere democracia empleo y seguridad.

Los bogotanos están orgullosos del Transmilenio, un sistema de transporte rápido puesto a circular en Diciembre pasado por la avenida Caracas y que luego cubrirá otras rutas Es como un metro sin túneles ni rieles que esta compuesto por buses articulados para 160 pasajeros cada uno y que circulan por canales exclusivos al mismo nivel de la calle y se desplazan a gran velocidad, deteniéndose solo en estaciones techadas en las que el público espera ordenadamente para subir o bajar de los vagones. Este sistema ha aliviado el trafico y se esperan mejores resultados con la puesta en funcionamiento de nuevas extensiones por otras rutas. Resultó mucho mas barato que el metro y mucho menos complicado. Antes de inaugurarlo, se instruyó a la población para su uso con campañas publicitarias y educación cívica.

Otra novedad que fue exitosa en Bogotá fue el Día sin Carro, que se cumplió por segunda vez el pasado día Jueves 1° de Febrero, dejando inmovilizados unos 800 mil carros particulares para que los ciudadanos utilizaran solo el transporte público de autobuses, taxis y Transmilenio así como las bicicletas, los patines y los pasos peatonales. La medida se cumplió entre las 6 y media de la mañana y las 7 y media de la noche con mucho éxito y pocas pérdidas económicas. El alcalde Mockus defendió la jornada por su valor pedagógico, ‑señaló la prensa capitalina. También reseño que los principales objetivos de ese día fueron motivar la utilización de medios de transporte alternativos y descubrir nuevos sistemas pares devolverle a los peatones sus espacios, con lo que se logra humanizar la ciudad y reducir la contaminación atmosférica Se calcula que un millón trescientos mil ciclistas pedalearon por la capital, circulando por las ciclovía que ya se han construido para tal fin. Es común ya que los ciudadanos las utilicen en días regulares, así como las vías para caminar, lo que los hace la ciudad mucho mas grata. Ver una capital tan populosa como Bogotá, limpia y descongestionada de vehículos, fue una experiencia aleccionadora.

Esta visita turística nos hizo reflexionar que todo se puede lograr si hay voluntad política y deseos de hacer bien las cosas. La población colabora cuando se la motiva v problemas can agudos come, la narcoguerrilla y la recesión económica se combaten mientras se continua marchando hacia el progreso, siguiendo el modelo de países desarrollados que han alcanzado un alto grado de civilización y procurando en primer lugar el bienestar colectivo La conducción acertada se siente también en materias como, la tributaria, que se ha organizado convenientemente, así como la seguridad social y la educación cívica impartida por policías civiles encargados de velar el orden publico. En Bogotá sentimos la acción del gobierno municipal y nacional en sentido positivo y notamos la respuesta favorable de los ciudadanos que, en definitiva quieren mas y mejor democracia.

El Carabobeño, 03-03-2001

14 enero 2001

Navidad y Año 2000



Una vez que pasó la celebración de la Navidad con la fiesta de los Reyes Magos, comenzaron a guardarse los adornos que cuelgan de los arbolitos, lazos, flores, coronas y pinos vuelven al encierro de los armarios para que las personas retomen el ritmo cotidiano de la vida y la tiendas y quincallas guardan la mercancía navideña paca darle puesto en los estantes a las de uso corriente, retirando hasta el próximo mes de Diciembre los artificios decorativos que han hecho de esa festividad un símbolo comercial más que la conmemoración de un grandioso acontecimiento para la Cristiandad.

Las figuras del nacimiento con el hermoso Niño Jesús tendido en lecho de paja, al lado de San José y la Virgen María, son religiosamente encerradas en las cajas en las que dormirán hasta despertar 12 meses más tarde para celebrar un nuevo aniversario de la Natividad. . Han pasado 2000 años desde que el Niño Dios vino al mundo para enseñamos la lección del amor y la festividad no languidece, sino que es propicia para los regalos, la unión de las familias y la alegría de los corazones. Postrimerías de un siglo y de un milenio y principio de otro. Es el paso del tiempo que transcurre arrastrándonos hacia un devenir cuyo significado la Navidad glorifica como un alumbramiento.

Muchos sucesos ocurrieron en este transcurrir de la historia y la humanidad sigue su paso ascendente hacia el porvenir. Los que tuvimos la fortuna de presenciar el cambio trascendental de este fin de milenio, no pudimos dejar de comentar lo lejano que nos parecía años atrás la fecha a la que acabamos de arribar y, sin embargo, aquí estamos situados ante nuestra propia realidad, mucho más conscientes ahora que antes de un universo en continua transformación que se expande hacia el infinito, en el cual nosotros somos sólo una ínfima partícula que tan pronto aparecemos como desaparecemos, chispas encendidas de un mundo que late al compás del sentir colectivo.

Los fanáticos de todas las épocas vaticinaban que la tierra se acabaría antes del año 2000. Catástrofes naturales, lluvia, fuego, guerras y enfermedades arrasarían con todo vestigio de vida en el planeta. Era el castigo divino por los pecados de los hombres, tal como ocurrió con el diluvio universal en el principio de los tiempos bíblicos. Nada de eso ocurrió a nivel planetario, pero sí múltiples desgracias asolaron la tierra en uno y otro rincón de la geografía, los años pasaron con su recuento de hechos conmovedores unos, trágicos otros, nacimientos, muertes, surgimiento de nuevos liderazgos, presidentes destituidos y electos, acuerdos y convenios internacionales, sucesos que entraron a formar parte de la cronología de la historia y de los cambios que son la consecuencia espontánea de las acciones humanas y de los movimientos geológicos.

En Venezuela se produjo un viraje en el modelo político impuesto por el presidente Hugo Chávez. Tres elecciones posteriores a la de su ascenso a Miraflores consolidaron su mandato constitucional en el año que acaba de concluir y una más está por afianzarlo en los próximos meses, comicios pospuestos obligatoriamente por causa de las pérdidas que tuvo la nación con las inundaciones del estado Vargas. Por obra y gracia de la Constitución que él impuso, nuestro país pasó a llamarse República Bolivariana de Venezuela y los militares entraron a formar parte de los cenáculos del poder constituido. El cambio de nombre es más bien perjudicial para el país, puesto que el sentimiento bolivariano lo llevamos por dentro y los gastos que va a ocasionar el capricho del Presidente los tendremos que pagar todos con mayor empobrecimiento y más trabas burocráticas. La arbitrariedad que es enemiga de la legalidad parece ser la conducta dominante del nuevo gobierno, lo que nos hace pensar que vamos a tener más de lo mismo y el pueblo va a seguir transitando por la descomposición social.

La Navidad entre nosotros este año estuvo opacada por la tristeza de lo ocurrido en el litoral central. Atribuir a la ira divina la tragedia de las inundaciones que acabaron con tantas vidas, casas y bienes, desalojando a miles de personas de sus hogares, sería creer que la imposición de un castigo tremendo cayó sobre quienes no lo merecían, pobres victimas del desorden urbanístico que desde hace mucho tiempo ha violado todas las normas de planificación, construyendo en los cerros, pendientes y cauces de agua, sobrepoblando los terrenos y abusando del medio ambiente. Dios no puede, en ningún caso, ser tan injusto con quienes no han sido los culpables de tales desatinos. Pero si de algo estamos ciertos es que el triunfo del SI que aprobó la Constitución Bolivariana el 15 de Diciembre pasado, fue opacado por la magnitud de la tragedia El presidente Chávez se vistió de luto al anunciar la victoria y la alegría que pudo haber sentido se convirtió en un grito de llanto y dolor. Retar a la naturaleza suele ser peligroso si la soberbia domina la pasión del mando.

Publicado en El Carabobeño el día 14-01-2001

03 enero 2001

Resistencia Civil


La abstención de las tres cuartas partes de la población venezolana, un 78% de las elecciones municipales y el 90% en el referendo sindical, incluido arbitrariamente en el círculo constituyente que el Presidente Chávez impuso a los venezolanos para satisfacer su proceso revolucionario que, según hemos ido viendo, tiene la ideología marxista-leninista y está ligado al Foro de Sao Paulo fundado por Fidel Castro para tomar el poder en buena parte de América Latina, es indicativo de que el pueblo ya se cansó de tanta política y lo que quiere es trabajar y vivir en paz con seguridad personal.  Sustituir un sistema democrático, con muchas fallas pero garante de la libertad y de las oportunidades individuales, para sustituirlo por un colectivismo social que ha demostrado producir sólo atraso y miseria,  es un delirio tercermundista que repudiamos.

Una vez más, el pueblo demostró con su conducta cívica el rechazo a que se le continúe manipulando para satisfacer aspiraciones personalistas, lo que empañó la consulta municipal que en otras circunstancias hubiera tenido mayor participación del electorado.  Asimismo, la posición asumida por algunos gremios de protestar ciertas actuaciones del Gobierno Nacional, cuando son violatorias de la Constitución o contradicen los principios democráticos, son ejemplarizantes porque muestran cohesión para defender sus intereses, que se ven perjudicados por un estilo de gobierno agresivo contra todo lo que signifique crítica o desacuerdo con las políticas oficiales.

Así la Federación Médica Venezolana, en boca de su  presidente, el Dr. Jesús Méndez Quijada, expresó la opinión general de los médicos del país, quienes rechazan la traída de galenos cubanos o de otras nacionalidades para incorporarlos a los hospitales públicos y medicaturas rurales, porque en Venezuela hay suficientes profesionales de la salud que estarían dispuestos a radicarse en el interior para ejercer su vocación, siempre y cuando el Estado dote los centros asistenciales adecuadamente y les pague salarios justos.  Manifestó también que llevar los pacientes venezolanos a Cuba como proyecto del Ministerio de la Salud es otra aberración, puesto que considera que la infraestructura de los hospitales de la isla antillana no es mejor que la nuestra.  Pese a la protesta de la Federación Médica, sorprende un aviso a página completa pagado por el Ministerio de la Secretaría de la Presidencia de la República de Venezuela, anunciando que “46 venezolanos recibirán atención médico-quirúrgica en Cuba”.

El gremio de los trabajadores petroleros, liderizados por Carlos Ortega en Fedepetrol, se unió para defender su derecho al trabajo y la remuneración de los contratos que no había sido cancelada, teniendo el gobierno que agachar la cabeza para que la industria petrolera no se paralizara.  El Secretario General de la TV,  Carlos Navarro, llamó a la abstención  en el referendo sindical del 3 de Diciembre, declarando que introdujeron todos los recursos legales ante los órganos judiciales nacionales e internacionales porque la consulta violó la libertad sindical.

Otro gremio que está haciendo denuncias valientes es el de los ganaderos, a la cabeza de su presidente José Luis Betancourt, quien ha emprendido una campaña para denunciar la penetración de la guerrilla colombiana en nuestro territorio, con toda su secuela de extorsiones, secuestros y matanzas, actuando como un estado paralelo en la frontera.  Muchas fincas han sido abandonadas por miedo a la guerrilla, lo que ha traído más desolación al campo venezolano, más hambre y pobreza.  Los representantes de diversas asociaciones de colegios privados se oponen también a las políticas gubernamentales que tratan de cubanizar la educación, a la vez que solicitan la nulidad del decreto 1011 por considerarlo intervencionista y calificarlo como perverso.

No es con discursos violentos al estilo del dictador cubano Fidel Castro, a quien el presidente Chávez tanta admira, como va a resolverse la conflictividad social venezolana, sino convocando la unidad nacional y poniendo fe en las reservas morales de nuestro pueblo.  Se siente en el líder de la revolución mal llamada “bolivariana” un lenguaje intemperante contra su propia gente, que descalifica a los médicos venezolanos y los servicios que se prestan en nuestros hospitales y tilda de subordinados a los periodistas y “oligarcas” a los propietarios de medios de comunicación que osan hacer objeciones a sus políticas.  Ahora la arremetió también contra la prensa colombiana que reveló sus vínculos con la guerrilla de ese país. Según denuncias de algunos analistas políticos muy bien fundamentadas, el propósito es ponernos a pelear con la hermana República con el fin de desestabilizar el sistema y de esa manera tomar mayor control sobre las naciones latinoamericanas, plan orquestado por el tirano Fidel en las reuniones del Foro de Sao Paulo.

La cohesión social debe manifestarse ejerciendo las presiones necesarias para que el gobierno cumpla sus compromisos y expresando las críticas con el propósito de que se hagan los correctivos.  Un pueblo pacato es presa fácil de los regímenes autoritarios que envanecen la figura del caudillo con halagos inmerecidos que en nada ayudan al fortalecimiento de una patria digna.  Se impone la resistencia civil para defender los intereses de las asociaciones y gremios organizados y el reclamo de la legalidad es imperativo, si queremos continuar por la senda democrática.  Lo otro sería caer en una dictadura "comunistoide" que, sinceramente hablando, no nos merecemos.

Valencia, publicado en “El Carabobeño” el 03-01-2001